Para mañana se ha convocado la Comisión de Asuntos Exteriores. En esta reunión discutiremos una moción que presenté el 11 de abril de 2014 en la que insto al gobierno a que evalúe la implantación, el cumplimiento y el desarrollo de las medidas contenidas en el I Plan de Derechos Humanos (2008-2012), aprobado en la anterior legislatura. En el Congreso ya fueron aprobadas mociones similares presentadas por PNV (febrero de 2012) y posteriormente otra similar de UpyD. En febrero de 2014, 106 entidades pedían al Gobierno cumplir con los mandatos parlamentarios. Hasta la fecha, el gobierno de Mariano Rajoy ha hecho caso omiso, a pesar de ser un compromiso internacional de España. Recomiendo leer el artículo de Fernando Rey en el diario El País de 20 de febrero de este año, titulado “Tomarse los derechos humanos en serio”.

Como la comisión se reúne a las 9.30 h, salgo hoy para Madrid en el AVE, billete número 7297000519118.

Salvador Puig Antich

Ayer se cumplieron 41 años de la ejecución de Salvador Puig Antich. En 1973, junto con otros compañeros y compañeras de la Facultad de Medicina y la Escuela de Enfermería del Hospital Clínic, habíamos organizado un pequeño grupo de ideología libertaria. Nuestra misión era, básicamente, realizar acciones directas, buscar desesperadamente contactos con otros grupos y maldecir a los comunistas. La ejecución de Salvador me provocó una profunda rabia. Lo viví como un vil asesinato de un inocente. Y me hizo reflexionar sobre el sentido y el uso de la violencia, algo en lo que hasta aquel momento no había pensado, ya fueran las pistolas del MIL o las barras de hierro y los molotovs que llevábamos. En el PSUC descubrí un pensamiento más racional sobre el significado de la violencia política. Hablando del PSUC, corrió la noticia de que “el Partido” había dado órdenes de desentenderse del caso Puig Antich. Se criticaba la pasividad de los comunistas antes y después de la ejecución. Yo era el primero en creérmelo y en echar en cara a la gente del PSUC su pasividad. Cuando accedí a la dirección del PSUC, pregunté en repetidas ocasiones a los dirigentes de aquella época y siempre negaron que se hubiera dado esta consigna. Se lo pregunté a Santiago Carrillo y me respondió lo mismo. A pesar de estas negativas, no recuerdo que ni durante el juicio a Puig Antich, ni con la sentencia de muerte, ni después de la ejecución, el PSUC se hubiera volcado como correspondía.