Este sábado no he podido asistir a la movilización que convoca el PACMA en Madrid contra la celebración del Toro de la Vega, ni podré interpelar al Gobierno sobre cómo puede ser que una salvajada así se siga permitiendo. El próximo martes España volverá a ser noticia en todo el mundo por permitir tamaña crueldad contra un animal. Se me hace incomprensible que ya entrado el siglo XXI sigamos con estas celebraciones crueles y absurdas. La justificación de la secular tradición del festejo no se sostiene, pues otras tradiciones o costumbres han sido eliminadas a tenor del desarrollo de nuestra sociedad. Como es también una sandez la excusa de que es un torneo reglado con un código muy estricto que delimita el cómo y dónde matar al toro. Lo sustantivo es que se le mata.