El festival de amenazas prosigue. Ha tenido a bien opinar el presidente del Banco de España, que nos ha alertado de un posible “corralito” si Catalunya se independiza. Alerta de Telefónica, que también ha hecho su aportación amenazante. Se multiplican los artículos de ministros y exministros advirtiendo al electorado catalán de las nefastas consecuencias que traería el voto independentista. Me sorprende que a estas alturas del conflicto no se hayan enterado de que todas estas amenazas no sirven para nada. Al igual que me sorprende que desde el frente independentista se pinte la independencia de color de rosa. Es un juego de tramposos que se traslada a la campaña electoral.
La independencia ni es posible ahora ni dejaría de tener sus costos. Para ser sinceros, tampoco es, hoy, posible una reforma en profundidad y en una lógica federal del Estado. La única manera de hacer viable ya sea la independencia o la reforma federal es poniendo fin al régimen que salió de la Transición. Y esto no es algo inmediato, exigirá tiempo y acumulación de fuerzas.