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Miquel Iceta Com pollastres sense cap?
Miquel Iceta

Avui la revista El Siglo em publica l’article que trobareu transcrit a continuació.

¿Como pollos sin cabeza?

Hace días Alfredo Pérez Rubalcaba dijo que los miembros del Gobierno de España actuaban “como pollos sin cabeza”. Ciertamente el Gobierno aparece descabezado ante la evidencia de la ausencia de su Presidente, incapaz de explicar su actuación y aún menos de justificarla. ¿Cómo iba a prodigarse ante la opinión pública quien dijo que la victoria del PP permitiría que los mercados recobrasen su confianza en España? Tampoco le sería fácil al presidente explicar como ha ido incumpliendo una tras otra todas sus promesas electorales. No iba a subir los impuestos, no iba a abaratar el despido, no iba a tocar ni sanidad ni educación, iba a cumplir con el límite del 5,8% del PIB como déficit para este año, no iba a inyectar dinero público en los bancos y no iba a subir el IVA. En cuatro meses ha roto todas y cada una de sus promesas, España no ha recuperado la confianza de los mercados y, para más inri, el cambio hacia una política no exclusivamente centrada en la austeridad impulsada por el sentido común y la victoria de François Hollande va a cogerle con el paso cambiado. Para intentar evitar que le recuerden que engañó a los españoles ya ha anunciado que hará lo que tenga que hacer aunque lo que tenga que hacer sea lo contrario a lo que se comprometió en campaña.

Los ministros están sin duda, descabezados. Les falla la cabeza, ausente, muda, abrumada o ida. Ciertamente, la crisis les ha desbordado del todo. A ellos que pensaban que con su mera llegada al poder conseguirían despejar el cielo de nubarrones, y también como por ensalmo los problemas iban a desaparecer. Ya no estaría Zapatero y los españoles podrían dormir tranquilos. ¿Cuántos electores que les creyeron han perdido sus empleos, temen perderlos, no los han encontrado si los buscaban, o han perdido ayudas sociales, estímulos a su formación, o ha visto dificultado su acceso a servicios del Estado del bienestar? ¿Cuántos creyeron de forma tan sincera como ingenua que la llegada del PP al poder, el desembarco en el gobierno de los que de verdad saben sobre economía pues representan mejor que nadie al poder económico, iba a solucionar lo que los socialistas no podían? Bastantes, a juzgar por el reciente barómetro del CIS que ya señala una pérdida de 4 puntos en intención de voto.

Pero de lo que no estoy tan seguro es que podamos decir que los ministros van “como pollos sin cabeza” si lo que pretendemos es decir que no tienen una orientación clara. El gobierno del PP está siguiendo al pie de la letra el recetario ideológico iniciado en los años 70 del siglo pasado por Margaret Thatcher y Ronald Reagan. Y me permito pedir a quienes al llegar hasta aquí se sientan tentados a acusarme de demagogia que sigan leyendo unas pocas líneas más para que puedan comprobar si mi afirmación se sustenta o no en hechos.

¿Qué está haciendo el Gobierno del PP y qué medidas está anunciando desde el primer día? Los ministros del PP y la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría declinan el catecismo neoliberal en todos sus tonos. No hay más que hacer un somero repaso. ¿No hemos oído a la vicepresidenta hablar de privatizar? ¿No hemos oído a varios ministros hablar de desregular? A veces lo dicen de otra manera, hablan de cambiar las regulaciones para favorecer la actividad económica. De la misma forma que intentaron camuflar la futura subida del IVA hablando de “cambiar la ponderación de los impuestos”. ¿Acaso no hemos visto que con la reforma laboral se opera un cambio radical en el que la imposición unilateral del empresario sustituye a la negociación colectiva? ¿No estamos viendo cómo se anuncian graves erosiones de derechos? ¿Qué es sino la restricción en el acceso a la tarjeta sanitaria? Con ello se ataca de forma radical la universalidad de los servicios públicos. Y se habla ya abiertamente de romper también con su gratuidad, abriendo la puerta al copago generalizado en la sanidad. O incrementando más allá de lo razonable las tasas universitarias.

El programa de estabilidad enviado recientemente a Bruselas pretende limitar el gasto público al 37,7% del PIB en cuatro años. Sólo media docena de países europeos, en su inmensa mayoría antiguos países del Este, se plantean tamaña reducción del gasto público. ¿No nos recuerda eso al grito de guerra de Ronald Reagan “el Estado es el problema”? Ya dijo Margaret Thatcher: “la sociedad no existe, sólo existen los individuos”. Sálvese quien pueda, añado yo.

 


Font: Miquel Iceta
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