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Àngels Martínez i Castells. La sanidad pública no es el problema: es la solución
Àngels Martínez i Castells.

Robert Reich lo argumentaba en su blog en defensa de la sanidad pública de los Estados Unidos (Medicare) el pasado mes de abril. Ahora, leyendo de nuevo las cansinas propuestas de  Boi Ruiz –todo un conseller de salud inasequible al desaliento en defensa de la sanidad privada– me vienen de nuevo a la cabeza los argumentos que esgrimía el profesor de Políticas Públicas de la Universidad de Berkely. No sólo es él quien lo demuestra –la OMS y otros investigadores están de acuerdo con que una manera segura de incrementar los costos sanitarios es mediante su privatización… sin embargo, siguen  vendiéndonos mentiras en el espinoso camino que han emprendido de mercantilización de un derecho de ciudadanía y un servicio público fundamental.

Decía Reich:  “Los estadounidenses gastan más en salud por persona que cualquier otra nación avanzada y consiguen una atención peor. El gasto anual  público y privado es de $ 7.538 por persona,  casi dos veces y media el promedio de otras naciones avanzadas. Sin embargo, la esperanza de vida en los USA es de  77,9 años -  menos que la media de 79,4 años en otras naciones avanzadas. Y tenemos la mayor tasa de mortalidad infantil de todas las naciones avanzadas.”

Al explicar por qué el sistema USA es tan caro, Reich explicaba que los médicos y hospitales tienen todos los incentivos para invertir en pruebas innecesarias, medicamentos y procedimientos, y lo ejemplificaba con datos muy comunes. Por ejemplo, para el dolor de espalda que afecta a tantísimas personas, aseguraba que casi en el 95% de estos casos es mejor  la terapia física. Sin embargo, los médicos y los hospitales llevan a cabo una costosa resonancia magnética, y luego derivar a los pacientes a cirujanos ortopédicos que a menudo recurren a la cirugía, lo cual resulta aún más costoso. El motivo es puramente económico, guiado por el principio de beneficio de las instituciones privadas de salud: las terapias físicas no cuestan demasiado dinero.

¿Se padece de diabetes, de asma, o de enfermedades cardíacas?  Muchas de estas enfermedades son controlables de modo ambulatorio, o incluso enviando personal de enfermería a los hogares para ver si se cumplen las mínimas condiciones… sin embargo, en los Estados Unidos acaba ingresado en un hospital el 20 por ciento durante un mes.  En Estados Unidos se gastan $ 30 mil millones al año para paliar o corregir  errores médicos – la peor tasa de los países avanzados. ¿Por qué? Entre otras razones, porque el sistema privado de salud justifica también que no se puedan compartir los datos. Los registros de los pacientes se reescriben continuamente por equipos médicos diferentes…

Otro fallo al que nos llevan de forma acelerada las propuestas de Boi Ruiz: que los costos administrativos aumenten en proporción al gasto total de salud. por ejemplo, en los Estados Unidos pueden representar entre el 15 y el 30 por ciento del gasto total… es decir,  el doble de la tasa de la mayoría de las naciones avanzadas. ¿Por qué?  Por la complejidad de organización que supone un sistema privado que se financia en parte con dinero público y en parte con dinero de aseguradoras, porque un tercio de las horas de enfermería se dedican a rellenar los documentos que exigen las compañías, y porque una parte importante de la carga de trabajo se la lleva la facturación (lo que no es precisamente un acto sanitario).

No sucede lo mismo con las personas que pueden disfrutar de Medicare, cuya mayor preocupación es dar el tratamiento adecuado a cada persona que lo necesite. Con ello se ha conseguido que los costos administrativos de Medicare estén en el 3 por ciento,  muy por debajo del hasta 10 por ciento que puede representar los costos asumidos por las grandes empresas que se autoaseguran. Y son, desde luego,  muy inferiores a los costos administrativos de quienes tienen un seguro individual, y que pueden llegar a representar el 40 por ciento del costo total. Y sigue estando por debajo del 11 por ciento de los costos de los planes privados de Medicare Advantage, que es la actual opción de seguro privado de Medicare.

Robert Reich estima que si se ampliara la sanidad pública (Medicare) hasta cubrir a toda la población, se pdorían ahorrar de entre  $ 58 mil millones a $ 400 millones al año, según la fuerza que tuviera y se concediera al servicio público. Pero lo que sí es cierto es que más estadounidenses recibirían atención médica de calidad, y que la crisis presupuestaria que tanto parece preocupar al Partido Republicano, se reduciría drásticamente en lo que a salud se refiere.

Vamos a decirlo de nuevo para que lo entienda también el conseller Boi Ruiz: No nos engañen diciendo que vamos a gastar menos copiando los sistemas privados y privatizados de los Estados Unidos:  son un fracaso económico (suponen en muchos casos una estafa de gestión) y es donde se detectan mayores problemas en la calidad de la atención.

Como se demuestra por activa y por pasiva –y como se está luchando para que toda la sociedad así lo entienda y lo defienda–  la sanidad pública  no es el problema: es la solución.


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