Ya es oficial: El PSOE se abstiene, lo que según la RAE quiere decir 'no participar en algo a lo que se tiene derecho'. Si alguna vez fui aprendiz de politólogo, lo dejé porque nunca acerté nada. Todo lo que escribí que tenía que pasar sucedió exactamente en sentido contrario, como si fuera una especie de anti-oráculo. De manera que no voy a predecir ningún futuro al PSOE. Doctores tiene la iglesia. Eso sí: No les libro de mi opinión. No solo porque si no lo digo, reviento, sino porque creo que hay que dejar algunas cosas por escrito a efectos de inventario.
Dicen los barones y muchos varones del PSOE que unas terceras elecciones darían una mayoría absoluta incuestionable al PP. No se me ocurre un argumento más cutre: Como me da miedo el resultado, como lo que piensa la gente no me gusta, voy a hacer todo lo posible para que no se expresen. Como en unas terceras elecciones voy a perder hasta los armarios empotrados, no hay elecciones. Muerto el perro se acabó la rabia. Defender ese argumento es equivalente a defender su opuesto: Si hubiera opciones de mejorar el resultado, forzaríamos la situación e iríamos a unas terceras elecciones. Algunos creen que esto es 'real politik', pero en realidad es hiperreal politik. O política de realismo mágico, si les gusta más.
La segunda excusa, perdón, quiero decir argumento, es que Europa no tolera más esta situación y que el PSOE actúa por responsabilidad. Corre el rumor de que la ausencia de gobierno es incompatible con una serie de medidas que se ve que hay que tomar aunque nadie nos lo ha explicado. Y que en Europa han puesto un ultimátum: O hay gobierno o apretamos el botón rojo. Este argumento puede resumirse de la siguiente manera. Mientras que lo que realmente va a pasar (el ajuste draconiano) era convenientemente borrado de los programas electorales, los partidos escenificaron una puesta en escena falsa, en la que se crearon programas falsos, promesas falsas, debates falsos y mítines falsos. Según esta tesis, llevamos un año de guiñol, discutiendo cosas que no van a pasar porque lo que realmente tiene que pasar (gobierne quien gobierne) no aparece en la cosa política. De manera que los españoles votamos no de acuerdo a un programa de futuro real, sino a un guiñol.
A casi nadie le escandaliza esto. El cambio de siglo ha coincidido con un auge de un neo-depotismo ilustrado. Los nuevos gobernantes consideran que hay temas de los que no hay que hablar en público, que son exactamente los temas esenciales. Yo no sé si hay una troika alojada en un hotel de Perpiñán, llamando cada día a la puerta del país, como si fueran los acreedores del ático del Rue del Percebe, 13. Si es así, si esto era así desde el principio, ¿por qué no se puede plantear en abierto?: 'Mirad, Europa nos hace comer un sapo'. Y en vez de unas votaciones sobre los Juegos Florales, votamos sobre lo que es nuclear. ¿Nos comemos el sapo o no?.
Y si tenemos que hablar claro, hablemos, porque el muerto está en la mesa y ya no podemos disimular. Los hilos invisibles trabajaron para forzar una abstención desde el inicio. Pero lo que precipitó la puñalada de Bruto en las escaleras de la Curia fue la propuesta de un pacto del PSOE con Podemos y los nacionalistas. Eso desencadenó una de las mayores ofensivas mediáticas del país contra los dos principales enemigos del status-quo: Los anti-sistema y los separatistas. Ese 'pacto frankenstein', como se ha denominado hasta aburrir en El País, nos llevaba (decían) a una galaxia lejana, al lado de Grecia, entre Corea del Norte y Venezuela. Y ante este escenario apocalíptico, un ejército de blades runners del partido activaron todos los mecanismos a su alcance para neutralizar el pacto, llegando incluso a vetar una consulta a las bases. El PSOE lleva más de un mes trabajando para que el PSOE no gobierne el país, y lo haga el PP. Esto es como si el Correcaminos pagase con su VISA los inventos de la casa ACME que usa el coyote. O como si en las vísperas de un derby, el Barça cediera a Messi y a Iniesta al Madrid hasta final de temporada.
Y si tenemos que hablar claro, hablemos. El mundo tal y como lo conocemos se acaba y empieza otro. Y eso llena la agenda de debates de futuro. El debate sobre el modelo energético; el debate sobre la mecanización y el trabajo; el debate sobre el estado del bienestar; sobre la nueva democracia deliberativa; sobre el sistema educativo en su conjunto... Y de entre todas las cosas pendientes, hay dos que son urgentes. La primera es una segunda transición, no porque la primera fuera muy mala (soy de los que aún sostiene que fue un gran acuerdo colectivo), sino porque fue pensada para un país que ya no es. La segunda es un debate territorial, que abra el melón de la 'cosa catalana', pero también del modelo de estado. El PSOE podía abanderar la reforma del país, proponer cambios estructurales y presentar un plan B al inmovilismo rajoyista. Y en vez de eso, inmovilizados por el vértigo, los barones y algunos varones optaron por un 'No es lo que yo te diga que es no'.
Y ahí quedará para la historia la imagen de los diputados socialistas tocando la campana antes de que cayera en el ring el dinosaurio, herido por la corrupción y por su miopia. Por la mañana, cuando nos despertemos el dinosaurio aún estará allá; y, a su lado, un nuevo dinosaurio vestido de cortefiel y de vergüenza ajena.
Pues para qué negarlo. La madeja catalana se ha enredado entre la caraja socialista, el bluf ciudadano, el hundimiento de Unió, la descomposición de Convergència y el no-sé-cómo-llamarlo de las CUP. Y no creo que haya nadie hoy en Cataluña que sepa cómo va a acabar esto. Yo tampoco, por supuesto. Pero les diré cómo no va a acabar.
En 2015 ocurrió algo inédito. La vía independentista rompió su techo de cristal y se acercó a los dos millones de votos. Una opción que no pasaba del 20% se ha aupado hasta casi la mitad de la sociedad. Y ahora déjenme hacer un pronóstico: Esa apoyo no es coyuntural, sino estructural. Por muy mal que lo hagan los partidos del sí (y creo que no pueden hacerlo peor), no van a bajar ya del millón y medio si las condiciones no cambian. Y vendrán tiempos mejores y peores, pero la demografía hará su trabajo y la generación del Club Súper3 (la versión catalana de los millennials) llegará un día u otro al 50%+1.
Es verdad que el independentismo tiene un problema, que es a la vez su virtud: la transversalidad. Como en el barco hacia Ítaca hay desde okupas hasta sala-i-martines, no queda muy claro de qué Ítaca estamos hablando. Les une la convicción de que hay que zarpar cuanto antes. Pero les separa todo lo demás. De manera que en cuanto se sueltan amarras, empiezan las discusiones sobre la ruta, el velamen, la carga e, incluso, el capitán. En Escocia, por ejemplo, el SNP unía la reivindicación nacional y un relato socialdemócrata que dibujaba un escenario concreto de país alternativo. Y lo mismo ocurre con los 'pequistas' de Québec, que proponen a la vez un nuevo país y nuevo modelo social. En Cataluña, este camarote de los hermanos Marx que son los independentistas proponen desde arcadias ultraliberales a territorios libertarios. Eso explica el vodevil de la CUP.
Lo importante ahora no son los resultados de marzo. Lo verdaderamente relevante es que cuando pase el tsunami y hagamos recuento de daños y perjuicios, los casi dos millones estarán ahí. Como diría Monterroso, el elefante no se habrá ido cuando despertemos. Y por mucho ji-ji ja-ja que ahora se reparta, el problema persistirá. Durante años. Y yo no sé si somos conscientes de lo que significa que la mitad de la sociedad catalana quiera irse (y la otra, es cierto, quedarse). No hay proyecto de Cataluña posible sin resolver esta ecuación. Ni proyecto de España posible. En otras palabras: O se afronta el 'problema catalán' o ni Cataluña ni España pueden crear un escenario futuro más o menos estable.
El problema en España no es el autismo del PP ni la ambigüedad socialista. Ambos responden a una lectura muy clara de la sociedad española. La inmensa mayoría de los españoles no tolerarán ni un gesto, porque lo traducirán como una cesión ante el chantaje. De hecho, los dos partidos traducen una visión mayoritaria en la que el proyecto federal, el modelo plurinacional y la reorganización de competencias y recursos no tiene cabida. El problema no es solo que los murcianos, los extremeños o los aragoneses no aspiran a un estado federal y plurinacional; el drama es que tampoco aceptarán un modelo asimétrico donde unos sean más federales que otros. El PP y el PSOE (y Ciudadanos) saben que no habrá reforma del Estado porque no hay demanda social que apoye esta reforma. Al contrario: Lo que hay es una mayoría social que premia la contra-reforma. Que aplaude la gesticulación recentralizadora.
Volvamos al principio. En Cataluña, la presión a favor de la independencia no remitirá. En España, la presión a favor de un desbloqueo no sucederá. No habrá un referéndum pactado. Ni habrá una declaración de independencia unilateral. Esto es como x2 + 1 = 0, una ecuación sin solución. Ni España cederá ni Cataluña se cansará. ¿Cómo va a acabar esto?. No lo sé. Les diré cómo no va a acabar: En la pantalla de inicio, con un independentismo residual y un nacionalismo moderado que fuerza a los presidentes a hablar catalán en la intimidad. La única posibilidad es que la fuerza centrífuga de la 'nueva política' cree un escenario constituyente que admita una solución pactada. De hecho, es evidente que la única salida posible es (al mismo tiempo), un nuevo modelo de estado donde la periferia se sienta también centro y un referéndum pactado que impida que las reformas sean solo cosméticas. Pero eso, ni usted ni yo lo veremos, me temo.
El PP va a ser el partido más votado de las últimas elecciones de la transición. El 20D Rajoy ganará por poco. Y el 21D cambiaremos de pantalla, de escenario y de decorado. Se acabará la transición y empezará una nueva etapa. En otras palabras, lo más importante no es lo que pase el 20D, sino lo que pasará el 21D.
1. El PP y el PSOE aguantan porque sobrevive la generación de la transición, ya envejecida. Las nuevas cohortes no los van a votar, de manera que su tendencia natural será una progresiva desintegración.
2. La verdadera crisis en España no es económica, sino política. La clave es que (una parte de) los ciudadanos no se sienten representados con los partidos clásicos, porque los partidos clásicos han actuado al margen de los ciudadanos. Y la crisis de representación es tan grave que no hay forma de recuperar crédito. Los nuevos partidos (éstos y los que vendrán) cambiarán el modelo de conexión entre sociedad y política.
3. Lo más relevante del 21D es que la crisis del sistema ocupará el Congreso. No de forma mayoritaria, es cierto. Pero su representación será tan visible que se integrará en la percepción colectiva de la política del país. Que la suma de Ciudadanos y Podemos supere al PSOE o al PP y que Ciudadanos sea la segunda fuerza del país dibujará un mapa mental irreversible. Ya no habrá forma de volver a la pantalla de los 90.
4. Éstos son los últimos programas que callan (por prudencia, por táctica) la Gran Reforma. Ya no es posible pensar en un futuro próximo sin organizar un nuevo escenario, que quiere decir una nueva Constitución, un nuevo modelo territorial, un nuevo modelo de organización y, probablemente, un rediseño de los partidos y el sistema electoral. En las próximas elecciones, ningún partido evitará la GR, aunque lógicamente las intensidades del cambio variarán. Éste será el último servicio del PSOE al sistema: Su predisposición al cambio es mayor y se sumará a la fuerza transformadora de los nuevos. Tarde o temprano la GR alcanzará los dos tercios y se hará con o sin el PP.
5. Las últimas elecciones de la transición acabarán simbólicamente con un presidente inmóvil, encerrado en un plasma, ausente incluso en los debates, el presidente menguante. Será la representación metafórica de un fin de ciclo. Y lógicamente, en 2017 se convocarán de nuevo elecciones, donde el batacazo del PP y del PSOE será épico. Primera caerá el PSOE y después el PP.
6. El sucesor de Rajoy será Rivera. Ciudadanos ganará las elecciones anticipadas de la post-transición, en un momento en que la propuesta de reformas será mucho más contundente que la actual. De todas formas, Ciudadanos es la UCD de la post-transición, un partido creado por el sistema para dejar todo atado y bien atado. Y presiento que Rivera y C's acabarán como Suárez.
7. El modelo político con más recorrido es el de Podemos. Ciudadanos es el último esfuerzo de la vieja política para parecer nueva, un invento desde dentro. Podemos es una estructura en red, bottom-up, bien conectada con nodos locales que hablan el lenguaje de la calle. Tal vez Podemos nunca llegará demasiado lejos. Pero su sistema político es lo más parecido a la política que viene. Y su propuesta de GR es lo más cercano a la reforma que acabará siendo.
La noche del 20D Rajoy saldrá del plasma y por un momento bailará en el balcón de Génova. Será la última representación de la política de la transición. El 21D será el primer día del nuevo escenario. Eh... ¿y la europea?.
Imaginem per un moment que l'oposat a estat espanyol no fos estat català. Imaginem per un moment que els estats són avui anacronismes, dirigibles o gramòfons. Imaginem per un moment que els estats són una mentida. Un fake.
Històricament, les societats ens hem organitzat de moltes formes, per lligues de ciutats, per ciutats - estat, per imperis amb fronteres difoses, per aliances inestables de territoris i, sí, per estats nació (EN). I el segle XIX i bona part del segle XX ha estat el període d'hegemonia dels EN. I, com totes les hegemonies, aquesta curiosa construcció social s'ha basat en tres principis: (a) una nació precisa d'un estat; (b) un estat nació respon a un fet nacional i (c) un estat nació defensa els interessos dels seus ciutadans. I si no fos així?.
Nació i estat
Els éssers humans destaquem per la combinació de tres identitats. Tenim, primer, la identitat personal, el nostre jo. El coneixem bé perquè no crec que hi hagi hagut un període en la història amb un jo tan gran, tan desproporcionat com ara. Hi ha també una identitat col·lectiva, tribal, que és la que m'interessarà destacar tot seguit. Són identitats que superen l'ego i admeten que formen part d'un grup més ampli, la comunitat, el clan, la tribu, o si volen, la nació. I per fi, tenim o hauríem de tenir una identitat universal, allò que diríem humanisme, que ens hauria de generar un grau d'empatia mínim amb qualsevol ésser humà per la seva condició d'humà, fins i tot si es tracta del nostre cunyat o del fill del veí del 3er B que estudia trompeta a l'hora de la migdiada. Vull dir que 'ciutadà del món' i membre de la tribu no són incompatibles, com alguns pretenen defensar.
M'interessa el sentit antropològic de la nació. La identitat col·lectiva és un sentiment. La gent se sent el que vol i per les raons que sigui. No precisa d'arguments, ni de teoremes, ni de tests psicotècnics. I és un sentiment que precisa d'un profund respecte. Sentir-se part d'un grup és quelcom extraordinari, és gairebé una necessitat vital, que es mou en el complex i inestable reialme dels sentiments. Aquell senyor de barba se sent venecià i portuguès i aquella octogenària, russa, i aquell jove d'allà creu que forma part del poble jueu. L'alquímia de la identitat es construeix amb la biografia, amb l'experiència i amb els records. Som el que volem ser. I tenim dret a ser-ho.
A Catalunya, la immensa majoria dels seus habitants se senten catalans, i consideren que formen part de la nació catalana. Molts d'ells se senten també murcians, espanyols, empordanesos, marroquins o xinesos. Enlloc està escrit que les identitats col·lectives no puguin ser múltiples i que no ens estigui permès connectar-nos emocionalment amb altres col·lectius. Recordem-ho: Som el que volem ser, perquè ho volem ser. Molts altres catalans no se senten en absolut espanyols i se senten desconnectats de la seva identitat. I tothom té dret a sentir-se el que li vingui en gana, sense donar cap explicació.
I som el que som independentment del que digui un article d'una constitució o d'un estatut. Sempre he pensat que una nació té dret a ser nació i té dret a no ser-ho. Un article legal obligaria una nació a ser-ho fins i tot si decideix que ja no ho vol ser. Els catalans tenim dret a decidir que ja no volem ser catalans, deixeu-m'ho dir així. No estem obligats, ni hi ha cap llei divina, ni ens devem al pes de cap història. Podem ser el que volem ser. I tenim dret a exigir que això es respecti. I tenim el deure de respectar el sentit d'identitat dels qui se senten partícips d'altres grups.
On anem?. Anem cap a un món d'identitats múltiples i discontínues, perquè mai com ara la humanitat ha viscut un esclat de mobilitat col·lectiva. I el món estarà ple de catalans, que se senten catalans, i que viuen a Sydney, Riga o Dakar. I d'australians que se senten australians i que viuen a Barcelona. Ells pensen que per uns pocs anys, sense saber que allà passaran la resta de la seva existència. I un dia, quan saludin el peixater del carrer Floridablanca en català i vagin a recollir els bessons a l'escola del barri, sentiran que un fil invisible els lliga amb aquella gent i expressaran per primera vegada la seva condició de català, sense deixar de ser un australià lluny de casa.
Arribats a aquest punt, deixeu-me formular un principi amb el que em temo que discreparem: Els estats no són els continents administratius de les nacions, com defensa el model d'EN. La majoria dels estats estan formats per vàries nacions. I hi ha nacions que formen part de varis estats. I hi ha molta gent que no s'identifica amb la nació del seu estat, i encara més gent que se sent part de vàries identitats al mateix temps. Un estat és un aparell de gestió administrativa i una nació és un sentiment. Ni nego ni admeto la necessitat d'un estat català. Afirmo que l'estat català s'hauria de crear (si és que finalment es crea) independentment de la nació catalana. Hi haurà moltes persones que se sentiran emocionalment vinculats amb la nació catalana i viuran fora de les fronteres del nou estat; i hi haurà moltes persones que viuran dins els límits de l'estat català (i tindran un DNI català) i que se sentiran altres coses. Els estats no haurien de gestionar els sentiments.
Fet nacional
He parlat en altres ocasions de la meva distància amb la sobredosi simbòlica dels estats. Em sembla que els buida de significat i acaba generant una èpica desproveïda d'efectes pràctics. Un patriota?. El qui frega la vorera, es nega a admetre la factura sense IVA i diposita el vidre en el contenidor verd. I no es compra un dièsel ni instal·la aire condicionat a casa. I un dels elements nuclears de la retòrica de l'EN (més enllà de les banderes, els himnes i la litúrgia) és el fet nacional. Som catalans perquè hi ha una forma catalana de ser. I jo crec que no.
Jo diria, i ja em perdonareu, que no hi ha forma italiana, peruana o finesa de ser. Sí, els finesos són més puntuals que els portuguesos i els grecs més familiars que els canadencs. Però més enllà dels quatre tòpics que l'experiència contrasta després, el que jo constato és una extraordinària diversitat. Més que mitjanes només trobo desviacions estàndard aquí i allà. Quedem-nos per un moment a Catalunya. Conec bé tres espais molt diferents: la Vall de Camprodon, la Vall d'Aro a l'Empordà i Cerdanyola del Vallès. I us podria descriure les diferències constants en la pràctica quotidiana, en la interacció social, en els rituals, en la forma com passen el dissabte a la tarda, en la manera com manifesten el dol, en els horaris, en la manera com els alcaldes es relacionen amb els seus ciutadans. Res que no sabeu. Qui ha viscut, diguem-ne, a Tremp i passa a viure, posem-hi, a Sitges, us dirà que ha canviat d'univers.
L'experiència quotidiana es desenvolupa en llocs, en àmbits geogràfics reduïts, de límits imprecisos i variables. I no només perquè la geografia pesa i aquella muntanya, aquells hiverns rigorosos, aquella trama urbana, condiciona el dia a dia. Pesa perquè aquelles condicions, aquí i ara, socials, econòmiques, territorials, culturals, personals, desenvolupen un determinat ambient local, que facilita unes determinades respostes locals als contextos globals. El lloc és la suma d'unes determinades condicions: el transport públic, la cohesió de la trama urbana, l'extensió dels espais agrícoles, la presència de la costa, l'extensió dels polígons industrials, la qualitat de l'escola pública, el sistema comercial, el percentatge de població immigrant, la densitat de l'associacionisme... I no proposo substituir el fet català pel fet, diguem-ne, guixolenc. No existeix una forma guixolenca de ser: Existeix un lloc (locus en el sentit que li dóna Habermas), que és una combinació particular de factors, que ofereix unes oportunitats i, naturalment, nega unes altres.
En altres paraules, Catalunya és el sumatori de centenars de llocs, amb extensions, sistemes, graus de cohesió i vincles molt diversos. Catalunya és un mosaic, com també ho és la Toscana, el Quebec o Eslovàquia. I crec que quan més divers és un territori, més probabilitats de supervivència té, perquè està integrat per estratègies plurals. I si en el futur entren en crisi les ciutats globals, et convé tenir una xarxa densa de ciutats mitjanes, espais urbans difosos o nuclis rurals, per a fer front al nou context. De la mateixa manera que existeix la biodiversitat, existeix la sociodiversitat, el valor de la diversitat dels llocs. És aquesta variació el que permet a un territori ésser antifràgil, seguint el concepte de Nassim Taleb.
Els estats creen la ficció de la uniformitat i, per tant, tendeixen a generar estratègies uniformes. I dicten lleis, creen normes, proposen models, desenvolupen estratègies, fixen regles uniformes per a llocs diversos. Jo crec que la gestió escolar a Camprodon, a Platja d'Aro i a Cerdanyola del Vallès hauria de ser molt diferent; també, els horaris comercials, el model de transport públic, l'estratègia de recollida selectiva, l'organització de la biblioteca, l'assistència a la gent gran o l'oferta pública de lleure per als infants. Quan més adaptativa sigui la gestió pública a la diversitat dels llocs, més eficient serà i, també, major connexió s'establirà entre gestors i gestionats, entre el públic i els públics. En altres paraules, quantes més decisions públiques estiguin en mans dels gestors locals (i no dels gestors estatals), més fàcil és que recullin la complexitat dels llocs i major serà la connexió entre governants i governats. Quan menys estat, millor.
Interès comú
Els estats se sustenten en la idea de l'interès comú, que simplificant seria més o menys aquesta: Totes les coses bones que passen a Catalunya són bones per als catalans i totes les coses dolentes que passen a Catalunya són dolentes per als catalans. Un estat vindria a ser com bloc d'interessos comuns (compacte i íntegre), confrontat amb els interessos dels altres blocs, que també són estats. Els estats defensen els interessos dels seus ciutadans, que serien uns i no pas uns altres.
No sé si alguna vegada en la història, el món havia funcionat amb la lògica de l'interès comú dels EN, però sé que ara no funciona en absolut així. L'aeroport de Barcelona competeix amb el de Girona. I la captació dels vols de baix cost (ara m'estalvio la discussió si amb una política tarifària injusta o no) ha anul·lat en pocs anys l'aeroport de Vilobí i, de retruc, una part de les oportunitats comercials i turístiques de la regió de Girona. I sí, la Universitat de Girona competeix amb la Universitat Rovira i Virgili i la UAB amb la UB; i intenten captar estudiants, talent, instituts, empreses o projectes europeus. I la Costa Brava Sud competeix amb el Maresme Nord. I l'èxit d'una empresa càrnia d'Osona provoca la caiguda d'una competidora al Ripollès. I el comerç de Reus competeix amb el de Tarragona. I quan una empresa de perfums del Vallès aconsegueix un contracte milionari, aconsegueix els recursos per a temptar els professionals de l'empresa de la competència, amb seu a Lleida, que es queda amb la meitat de la plantilla. I el Nàstic s'emporta els jugadors més bons de la Terra Alta. Catalunya és un escenari de competència entre llocs, que minut a minut, cotitzen en la borsa de territoris.
Naturalment, també existeixen interdependències. I si l'empresa càrnia d'Osona funciona, els pagesos de la Garrotxa augmenten les vendes. I la URV i la UdG compartim projectes estratègics en turisme. I l'empresa de perfums del Vallès reactiva quatre microempreses químiques de Barcelona. I SERHS s'ha fet forta oferint serveis turístics de Calella a Tossa. Però també la UdG estableix la seva estratègia de Campus d'Excel·lència amb la Universitat de les Illes Balears. O l'excedent de demanda a Extremadura reactiva el sector surotaper de les Gavarres. O la modificació dels horaris comercials de França perjudica el sector de l'Alt Empordà i la Jonquera. I el creixement econòmic dels USA (i l'apreciació del dòlar) afavoreix un creixement exponencial del mercat turístic americà al sector enoturístic del Priorat. Com en un complex mecanisme de rellotgeria, els llocs estan connectats amb els llocs amb múltiples relacions positives i negatives. I ja no podem dir que un estat tanca els límits de l'èxit i el fracàs d'una estratègia.
El que vull dir és que convé el major grau d'autonomia dels llocs per a establir les seves relacions de cooperació i competència amb els altres llocs (els d'aquí i els d'allà). Que el país funciona si existeix un sistema de interconnexions que permetin afavorir el màxim possible d'enllaços, que es poden traduir en oportunitats per aquests llocs. I que no hi ha una Catalunya compacta competint en un món de territoris compactes, sinó milions de fils que es creuen aquí i allà, que creuen oceans, que provoquen tempestes amb el simple vol de la papallona o que reactiva la pesca artesanal al Cap de Creus o la demanda de residència a l'Alt Pirineu. Som xarxa. Una xarxa tan densa, tan extensa, tan variable, que vista de prop crea la ficció d'una superfície contínua.
L'era dels llocs
Som a l'era dels llocs. Llocs connectats amb llocs, que estan connectats amb llocs. Els llocs són contextos geogràfics, econòmics, socials, que ofereixen oportunitats locals en un context global d'extrem canvi. Els llocs són també l'escala natural de les relacions humanes i, per tant, un ecosistema molt apte per mecanismes polítics més deliberatius, més participats. Els llocs faciliten la creació d'estratègies diferents per als mateixos problemes. I, per tant, deixeu-me recuperar el vell principi de la reivindicació dels llocs com a espais naturals de la relació humana i com a centres de l'estratègia administrativa d'allò que és públic.
És clar. Alguns àmbits de decisions, alguns problemes, alguns serveis, no tenen sentit a escala local i, per tant, està bé que es projectin cap a àmbits superiors de decisió, que deleguin competències. I jo hi crec molt en les vegueries, per exemple, perquè veig que hi ha moltes decisions que funcionarien bé a escala territorial gironina. I sí, és evident que els estats tenen àmbits de competència que li són propis, però el meu instint em diu que quan més petit sigui aquest àmbit, molt millor. Que la gestió escolar funcionaria millor a escala local. I que la gestió cultural seria més eficient si es gestionés des de les vegueries. I hem de reclamar una Europa molt més forta (que és una altra forma d'empetitir els estats) i que actuï defensant uns interessos comuns. I que mai més un eurodiputat digui que se'n va a Europa a defensar els interessos dels catalans (o dels portuguesos): Expliquem que necessitem una Europa que defensi uns interessos comuns, no una suma d'interessos particulars. I admetem que molts dels problemes actuals de la humanitat es ressolen a escala global, el que no és sinònim d'organismes globals. I treballem per moviments globals que donin resposta a la crisi dels refugiats, a l'escalfament del planeta o l'explotació infantil.
El món és un extraordinari joc de milions de connexions invisibles entre els llocs, en una preciosa i revolucionària troca. I això permet aliances globals i permet estratègies locals adaptatives. Permet ampliar per dalt i per baix el projecte democràtic de les decisions col·lectives. I resten els estats, com a peces de museu, que poden fer veure que funcionen, que mantenen aquell regust vintage, però que no són ni seran la solució al món que ve. Estat català, dieu?. D'acord, però amb la recuperació del municipalisme dels 70 i amb la reactivació de les vegueries adormides en el calaix del ja-en-parlarem. I si no li voleu dir estat federal, perquè la paraula federal s'ha impregnat d'un sentit que no és l'original, digueu-li bottom-up, que queda molt més cool. Jo voldria menys estat i no més. Ep, si pot ser.
Jo no xiularé cap himne. No hi crec en els himnes, ni en les banderes, ni en els símbols. No tinc cap espurna patriòtica. Ni una sola cèl·lula, ni una mitocòndria. Però com tot els símbols, els significants tenen significats diferents per a cadascú i allà on jo hi veig una música inerte (la musique qui marche au pas, cela ne me regarde pas), uns altres hi veuen la seva identitat.
El món ha creat les identitats per oposicions. Villaarriba contra Villaabajo, Nord contra Sud, Confederats contra Yankees, Delenda Cartago est. Jo sóc si tu no hi ets. Les identitats construïdes a partir del menyspreu, de la crítica, de l'odi. De la xiulada. Les nacions que es creuen el centre de l'univers. Els pobles que es reafirmen a partir de la negació de l'altre. El gos que pixa l'arbre.
La civilització és la construcció d'identitats a partir de la identitat dels altres. Jo sóc si tu hi ets. Les identitats construïdes a partir del reconeixement, de la barreja, del respecte. De l'aplaudiment. Les nacions que se saben una nacio més entre totes les nacions, i per això, imprescindibles. Els pobles que es reafirmen a partir de l'afirmació de l'altre. L'ocell que fa el niu a l'arbre.
La Catalunya contra Espanya és la versió local de l'Espanya contra Catalunya, els mateixos tòpics, les mateixes incompresions. Cada cultura és una manera particular de mirar el món, i el món només serà possible amb la preservació de totes les mirades. Reinvindicar les culturales locals és defensar el projecte col·lectiu de la humanitat. Defensar la teva cultura és una forma de defensar la cultura i la identitat de l'altre.
Xiular és negar l'altre. I negar l'altre és, en certa manera, negar-te a tu mateix. Catalunya no pot ser contra ningú. En un món d'identitats múltiples, de fronteres líquides, de ciutadans mòbils, de ciutats connectades, de cultures viatgeres, els pobles no seran contra res. Les xiulades fan soroll, però un cop de vent se les emporta per sempre més.
A poc a poc, que és el contrari de #tenimpressa, el país es prepara per a un procés de debat entre dos grans models: un nou país o una vella relació. N'hi ha una tercera opció aparcada en la via del mig, que és una nova relació. Necessitem un debat, una lluita de paraules entre el sí i el no. El debat és inevitable, perquè tard o d'hora els catalans votarem i, per fi, sentirem els arguments del no.
Mentrestant, el #sísí va guanyant cada plaça, cada taula de restaurant, cada calçotada, cada timba de botifarra. El sí guanya per incomparença del rival. I és tan gran el silenci del no, que podem caure en l'error de perdre el nord. De pensar que no hi ha cap raó, per minúscula que sigui, contra el sí. Que no hi ha espai per al dubte. Un #noupaís vol dir també admetre la fragilitat, la incertesa, la por, les escletxes. Vol dir mirar-te al mirall i reconèixer una per una totes les teves arrugues. Vol dir saber-te imperfecte i, fins i tot, un punt temerari.
La #gigaenquesta és un violent exercici de propaganda, que anticipa el país de les meravelles quan en aquest país Alícia és Sánchez - Camacho. I no m'agrada. És més. Em violenta. Em preocupa. I m'avergonyeix. D'entrada, deixem d'anar a les cases de la gent. El porta a porta és spam a escala 1:1. És una migdiada interruptus, unes croquetes a mig fer. Els debats públics, als espais públics.
La #gigaenquesta diu: "Ara és l'hora d'escoltar tothom". I no se m'acut un principi més noble: Escoltar. Sentir les raons dels altres. Normament, quan el que vols és escoltar et planteges alguna mena d'enquesta qualitativa, o crees un focus grup, o dissenyes una enquesta pilot a partir de grups que apuntin les necessitats bàsiques. Les enquestes més complicades de fer (ho dic per experiència) són les que volen recollir la veu de la gent, per definició diversa i complexa. La gigaenquesta diu també que està recollint les principals propostes de la gent per a construir un nou país. Democràcia deliberativa, en diríem.
La #gigaenquesta són sis preguntes. Sis preguntes tancades. Si d'això en diem escoltar la gent, necessitem un sonotone. I em perdonareu la broma però amb sis preguntes n'hauríem de dir microenquesta. O nanoenquesta. Anem a veure-les una per una. Som-hi?
El
document del Consell Per la Transició Nacional xifra el "guany" de la independència en uns 5.000 milions, que està clarament fora de l'intèrval 8.000 - 16.000. I aquest document és una anàlisi "ceteris paribus", és a dir, partint de la idea que amb la independència no s'altera (ni positivament ni negativa) l'economia catalana. En realitat, és impossible saber quan "guanyarà" o perderà Catalunya amb la independència, perquè depèn de tants factors que l'equació no es pot resoldre.
Passem ara a les respostes. La gigaenquesta ja dóna per fet que serem molt rics i ens proposa tres escenaris: Millor infrastructures, millor serveis o menys impostos. No sabem si podem escollir-ne dues. O si podem ampliar amb altres opcions. Jo, si tinguessim més diners, voldria més inversió en transport públic, una aposta per energies renovables, el desplegament d'una llei de la dependència i un model impositiu molt més progressiu. Les tres opcions que em plantegen em semblen no simplistes, sinó infantils.
Si fem un país nou, estarem en una economia món i, potser, en un marc europeu que delimita el marge de maniobra dels estats. Hem de saber explicar que la independència no vol dir la capacitat de fer-ho tot, perquè en una economia global (i en una zona euro) hi ha un munt de decisions que depenen de nivells legislatius superiors o de sistemes econòmics transnacionals. No és ser independent i fer el que vols, sinó ser independent i administrar el teu marge de maniobra.
Sobre les respostes, ho reitero. No queda clar si és una resposta simple o multiresposta, tot i que en aquest cas parla de servei prioritari i s'entèn que és un. Lògicament, jo sóc especialment sensible al tema del sistema universitari. Ara bé, abans de posar la creueta a la (b) m'agradaria molt saber què s'entèn per millorar el sistema universitari: eliminarem els funcionaris?, crearem un sistema de competència meritocràtic?, mantindrem la barrera d'entrada dels estudiants a màsters caríssims?, especialitzarem les universitats?...
%2B09.37.15.png)
Cap país parteix de zero, perquè els països són construccions històriques, i per tant el #noupaís neixeria amb uns antecedents que són els que són. L'endemà, els partits i els polítiques actuals no tancaran la barraca i buscarem un Adolfo Suárez que comenci de zero. I tampoc crec que es pugui donar per fet que segur que renovarem la democràcia. Un dels principis bàsics d'una enquesta és que mai l'enunciat pot predisposar en sentit positiu o negatiu la resposta. Potser en el procés constituent s'aconsegueix renovar el model democràtic o potser no.
I renovar la democràcia és un procés complex i extremadament fràgil. Podem apostar per un mecanisme bottom - up, pel model danès de governança local, per una democràcia deliberativa, per la tradició refrendària suïssa... Anem a veure les possibilitats d'aquest marc tan estimulant. Primer, regular els sous dels polítics, evitar la corrupció i més transparència. Bufa. Aquest és el gran exercici de renovació democràtica que plantegem?. Si aquestes tres opcions porten anys debatent-se en el Parlament i creant mecanismes amb més o menys encert.
Què puc dir?. La pregunta no només dóna per fet que entrarem a la Unió Europea, sinó que entrarem si volem. No és la UE qui ha de decidir-ho (perquè sembla ser que no hi ha cap mena de dubte), sinó que Europa ens ha de convèncer d'entrar-hi amb arguments sòlids. I ja veurem si entrem o no.
%2B09.49.55.png)
"Alguns partits" només aparaeix en aquesta pregunta. La resta de temes no són opinions ni manifestacions dels partits, mentre que això del castellà ho han plantejat "alguns" partits. Excusatio non petita... D'entrada he de dir que l'opció (c) és tan evident que si només hem deixen triar una escolliré aquesta. I no conec cap persona a Catalunya que no pensi que és millor parlar moltes llengües que només una. De la (b) em preocupa que pensi que algú pot ser discriminat per motius lingüístics. Si en el #vellpaís no ha passat mai, com és que en un #noupaís podria passar?. I si em demanen l'opinió, falta una opció que és que el #noupaís no tingui llengua oficial. Als Estats Units no n'hi ha de llengua oficial i no els hi va gens malament. Ah, però no es tractava de demanar l'opinió?...
%2B09.56.09.png)
Aquesta és la metàfora de tota la gigaenquesta. Es dóna per fet que el dia 9 de novembre hi haurà eleccions. No hi ha cap espai (per petit que sigui) de dubte o de vacilació. No hi ha un profilàctic "aniria" o un preventiu "en el cas que". Votarem segur. Tindrem molts diners segur. Renovarem la democràcia segur. Els serveis públics milloraran segur. Trobo a faltar una setena pregunta en la que es garanteixi que amb la independència segur que perdrem pes i desapareixeran els michelins.
Acabo. El debat de les idees és un debat que només es pot regir pel principi de l'honestedat. La #gigaenquesta és un error catastròfic, en la forma i en el fons. És una taca de lleixiu en el tapís de la complexitat. És la restauració de l'Ecce Homo de Borja que va fer la Cecilia Giménez. És la porta petita de l'Imaginarium a l'entrada del Parlament de Catalunya. És un mix entre Avon i túppersex, amb preguntes de galetes de la sort. Són els testimonis de Jehovà vestits de groc, amb una bíblia d'un full i mig.

Acabo de rebre un nou missatge en el que es compara Espanya amb l'excrement d'una iguana. Ja no recordo si parla de futbol i primes milionàries, de censures monàrquiques o de l'atur que no s'atura. L'he desat a la carpeta SpainIsAShit, plena de infografies, escrits, dibuixos, videos i relats que consideren Espanya un híbrid entre Corea del Nord i Haití.
De vegades, els documents cauen en les generalitzacions que només fan els racistes. I si a Espanya un individu mata un gos, els espanyols són canicides. De vegades, es basen en dades falses o incorrectes, de manera que
ni Espanya té més aeroports que ningú ni és un país de funcionaris, malgrat els tres-cents escrits que rebo cada dia que es jugarien la cama dreta de Messi. De vegades, posen llum sobre una dada però ignoren moltes altres. I sí, és cert que a Espanya el nivell d'anglès és patètic, la innovació una quimera i l'atur és estratosfèric. Tant cert com que Espanya és el país del món més tolerant amb l'homosexualitat, que el nivell dels serveis públics és raonable i l'extrema dreta és invisible.
Conec casos similars. Ell es vol separar. L'escoltes pacientment. I t'explica que ella és un error a la seva existència, un accident del destí. T'explica que ell només té virtuts i ella, només defectes. L'escoltes i calles, però saps que uns anys més tard, quan la separació sigui un record vague, descobrirà que ella cantava com ningú aquell bolero i sabia somriure quan ell més necessitava un somriure. Calles, però saps que aquella separació basada en un excés, en un absurd intent de justificar-se, es basarà en dues mentides: L'horror d'ella i l'aura d'ell.
Continuo acumulant correus que parlen de l'horror d'Espanya. I callo. Penso, però, que no és cert que Espanya és el forat negre que em dibuixen amb la traça d'un escolar amb plastidecor. Penso, també, que Catalunya no és el paradís càlid i amable que em descriuen amb la caligrafia forçada d'una invitació de casament. Penso, en fi, que aquesta separació es basa en dues mentides, l'horror d'ella i l'aura d'ell. I que tot plegat seria més senzill, més raonable i més sincer si l'únic argument que expliqués l'adéu fos un perquè sí. Plego perquè vull plegar. I dir adéu. I repassar junts l'àlbum Hoffmann dels instants viscuts, sense rancúnies ni insults. I desitjar-se sort. Potser així tot seria més senzill. Potser així, sí.
Imaginemos un Presidente.
Pongamos que haya nacido en democracia. Que sea de una generación que tiene más futuro que pasado. Pongamos que sea de la periferia. Es más, puestos a pedir, que sea de Bilbao. Euskaldún. Y del Athletic.
Pongamos que aunque joven, haya sufrido tanto que en su casa se hizo de noche. O que se madre muriera de pena. Y pongamos que las cicatrices no acaben en desprecio, sino en perdón.
Pongamos que tenga estudios. Que haya cursado un máster en relaciones internacionales, que haya sido profesor visitante y que ejerza como profesor en una universidad. Pongamos que hable idiomas, y que no vea nada excepcional en ello.
Pongamos que sea socialdemócrata. Que sea radicalmente socialdemócrata. Que ataque con firmeza la ofensiva neoliberal. Que tenga ideas nuevas. Y posibles. Y necesarias.
Pongamos que crea en los partidos, pero no demasiado. Pongamos que crea que el cambio empieza en el modelo, pero que no hay cambio sin modelo. Pongamos que apuesta por una revolución democrática interna: Un militante, un voto.
Pongamos que use las redes con naturalidad, que sea un político 2.0, de esos que creen que otra política es posible. Pongamos que en su twitter se hable de libros, de música, del mundo, de su barrio. Pongamos que twitea en voz baja.
Pongamos que haya nacido para ser puente. El puente entre naciones que se alejan. El puente entre generaciones que se olvidan. El puente entre políticas que se excluyen. El puente entre los que necesitan y los que pueden.
Pongamos que hablo de Madina.
Hi ha unicornis, dorados i utopies. Hi ha un Paradís, meigues i terceres vies. Aquest és un post sobre Lord Vordemort, "allò que no pot ser anomenat", ni tampoc preguntat, ni qüestionat, ni proposat. La tercera via és la vida del gat d'Schrödinger, que mor quan el mirem. O el contrari. Aquest és un post a favor d'una tercera pregunta que no existirà en un referèndum que no se celebrarà. Podem imaginar un post més inútil?.
L'enunciat és simple. Vull una tercera opció, perquè és altament probable que una part de la població hi estigui a favor, de manera que negar aquesta possibilitat silencia la seva veu. Si l'objectiu és el dret a decidir, si el que volem és transcriure una voluntat, no hauríem de recollir les voluntats diverses?. Fixem-nos que parlo del dret a votar una tercera via, no de la viabilitat, el sentit històric, l'oportunitat o las possibilitats d'una tercera via. No dic que la tercera via sigui la millor opció: Dic que la tercera via hauria de ser una de les opcions.
M'agradaria rebatre alguns dels arguments contra una consulta de tres preguntes. Com sempre, estaré encantat de llegir els seus comentaris, dubtar amb ells i canviar d'opinió si els arguments en contra són sòlids. I si hi ha algun federalista a la sala, també pot sortir de l'armari. Anònimament, és clar.
Argument 1. Legalment, no és possible
És, potser, l'argument més pintoresc. D'entrada, l'article 92 de la CE no limita el número de preguntes, però és cert que la Llei orgànica 2/1980 només preveu dues opcions (sí o no), al seu article 16.2. Tenint en compte, però, que la consulta se saltaria com a mínim deu articles d'aquesta Llei, no crec que vingui d'un. Més encara si considerem la proposta de llei de consultes que està tramitant el Parlament de Catalunya. Aquesta proposta, aprovada de moment per la immensa majoria de la Cambra, admet la possibilitat de vàries preguntes. Per tant, segons el nostre Parlament sí és possible legalment que una consulta plantegi diverses opcions.
Argument 2. Els referèndums són binaris
Aquest no és cap argument, sinó una adaptació del principi aristotèlic de tertium non datur. Les coses o són o no són. O A és B o A no és B. No hi ha una tercera opció. La filosofia porta segles qüestionant-se aquest principi lògic, des de l'antinomia Kantiana a la lògica trivalent de Lukasiewicz i Tarski o l'intuicionisme de Brouwer. Però no ens posem transcendents.
El sentit comú ens mostra que sovint les eleccions vitals no són entre un sí o un no. Ella està cansada de la seva parella, però sap que l'escenari no és només o em resigno o el deixo; hi ha una tercera via, que és tornar a recuperar les sensacions perdudes, una segona oportunitat. No hi ha cap oracle que anticipi l'èxit d'alguna d'aquestes opcions, però sabem que entre el cop de porta o els sopars silenciosos hi ha camins del mig que es poden explorar. O no.
En política, el mainstream critica els mals de bipartidisme i proclama el valor dels accents i les minories. Portem més de deu anys alertant contra una política de dos i defensant una política plural. Per què una societat política cada vegada més diversa ha de reduir-se novament a la dicotomia del sí o el no?. Per què els portaveus contra el bipartidisme proposen una fórmula binària?.
La història europea de les consultes populars té molts exemples de consultes múltiples. El referèndum nuclear de 1980 de Suècia plantejava tres opcions: sí, sí amb restriccions i no. Va guanyar el 'sí amb restriccions' per un marge molt petit, però el més rellevant de la consulta és la superació de la dicotomia 'O tanquem o continuem com sempre'. Una part de la població pensava que les nuclears no es podien tancar, però que era necessari fixar unes normativa molt estricta i una forta fiscalitat. De fet, això és el que van pensar la major part de la població, que no s'hauria pogut expresar amb un simple 'o sí o no'.
Argument 3. El federalisme és impossible
Aquest argument és el més recurrent: Dos no es federen si un no vol i ells no volen. La major part de raonaments sobre aquest punt consideren que la història ha demostrat que la tercera via no té futur. Amb esperit de notari, fan un recompte de tots els esforços catalans i arriben a la conclusió que ja no és possible l'opció federal i, per tant, no es pot plantejar la pregunta.
És possible que el 1980 Suècia no pogués tancar les centrals nuclears. Tot i així, l'opció no nuclear va estar a punt de guanyar. Durant el debat, els partidaris de les opcions 1 i 2 intentarem demostrar que la via no nuclear era impossible, però no es va prohibir aquesta alternativa a priori. Els ciutadans tenen dret a equivocar-se. Qui ha de decidir si la via federal és possible o no són tots els ciutadans, no uns quants ciutadans. Una altra cosa és que durant el debat de la consulta, els independentistes i els unionistes s'esforcin en demostrar que aquesta és una via morta. Però prohibir que hi hagi una tercera opció, decidir unilateralment que aquesta via no és possible, deslegitima el procés.
Jo no sé si la via anticapitalista de les CUP és o no viable. Amb els anys he perdut la noció del que és possible o el que no ho és. Uns poden pensar que el discurs forcadista és l'únic possible i d'altres que és una utopia inviable. Imaginem que abans de començar les votacions s'eliminés l'opció de les CUP perquè alguns han decidit que la seva proposta és inviable. Quina seria la nostra reacció?. Escolti: No és un tribunal a priori qui atorga la condició d'eligible a un partit; són les urnes les que a posteriori marquen l'agenda del país.
El meu argument és, per tant, el següent. Imaginem que hi ha una persona absolutament convençuda que la via federal és inútil, que és temps perdut. A aquesta persona li diria dues coses. La primera és que lluiti amb totes les seves forces per a què la via federal sigui una de les opcions de la consulta, pel principi aquell "no estic d'acord amb tu, però lluitaré per a què ho puguis defensar". I la segona, que s'esforci en demostrar durant el procés de deliberació de la campanya que aquesta és una via morta. Que lluiti contra els qui censuren el debat.
Argument 4. No hi ha federalistes
Jo no sé si hi ha federalistes o no, però com diu l'Oriol Junqueras, la millor manera de saber-ho és preguntant-ho. Si efectivament són tan pocs, no alterarà el resultat ni el procés.
L'argument té una segona derivada. Aquesta és una tendència sobrevinguda, que no té ni adhesions ni tradicions. I em permeto discrepar. Deixant de banda el que pensen els partits i apartant del debat els resultats de les enquestes (perquè les enquestes les carrega el Diable), repassem la història més recent de les relacions Catalunya - Espanya. El primer Estatut es va aprovar amb un 88,16%, i vam viure 23 anys de peix al cove. El segon Estatut es va aprovar amb un 73,24%. Era l'any 2006, amb el PP i ERC fent campanya pel no. Fa set anys, tres quartes parts dels vots dels catalans afirmaven inequívocament el seu sí amb una proposta d'acord. D'acord, la sentència del TC ho canvià tot, però fa només set anys una versió light de la tercera via rebia les adhesions de tres cada quatre votants.
Som el 2010. CiU obté una victòria històrica, amb la Catalunya optimista i la llum al final del túnel. El seu quadern de ruta es basa en una consulta pel pacte fiscal, un dels eixos centrals de la tercera via. D'acord. Després ve la gran manifestació de l'11 de setembre, el no de Rajoy i les eleccions del 25N. Però recordem-ho: Fa poc més d'un any, Mas es reunia amb Rajoy per a proposar una tercera via. Ha plogut molt en poc temps. Això és innegable. Alguns pensen, segurament amb raó, que la història recent demostra que no hi ha solució. El que no es pot defensar és que la tercera via acaba d'aparèixer tot just, com una mena de bolet de tardor, quan ningú no s'ho esperava. No podem esborrar la història recent d'aquest país i fer veure que la via del pacte només produïa vòmits, nàusees, vertigen i altres efectes secundaris.
Argument 5. No hi ha federalistes a la Via Catalana
El carrer dóna legitimitat. No ser al carrer no la treu. No hi hagut manifestacions a favor de les places de minusvàlids, dels centres d'acollida o de la vacuna contra la tos ferina. I això no vol dir que les eliminin demà.
Argument 6. El resultat no es podria interpretar
El contra-argument és simple. Guanya la majoria, com sempre. Si la independència obté un 39,7% i la segona opció un 39,5%, doncs independència. En una consulta, guanya l'opció més votada. Les interpretacions són lliures, gratuïtes i més aviat estèrils.
Argument 7. El federalisme és un no
Alguns argumenten que els federalistes només han de votar que no i després lluitar per una millor relació amb Espanya. He trobat l'argument contrari: Els federalistes han de votar que sí i després han de lluitar per a federar-se amb Espanya. Tots dos s'equivoquen, perquè un federalista no vol ni separar-se del tot ni continuar com fins ara. De vegades, les dicotomies no recullen totes les opcions i aquest és un clar exemple.
La proposta
Sóc partidari que la tercera via formi part de la consulta. Una opció que incorpori un nou finançament, el blindatge de les competències en llengua i cultura, la reforma de la Constitució i competències en promoció exterior. És possible que hi hagi una part significativa de la població favorable a aquesta opció, que és a mig camí entre mantenir-se com fins ara i trencar els lligams amb Espanya. I, per tant, si és cert que aquesta proposta seria defensada per una part de la població, negar a priori la possibilitat que l'ha puguin votar adultera el procés.
Una part dels ciutadans no seran favorables a aquesta via. I una altra, pot mesurar que tot i que li agradaria aquesta opció, Espanya no l'acceptarà i, per tant, optarà per altres opcions. Votar vol dir escollir els móns desitjats, però també els móns possibles. Què passaria si una votació a favor de la via federal topés amb un no del Govern central?. No ho sé. Poden passar moltes coses i els escenaris possibles són a les nostres mans.
Acceptar l'opció de la tercera via és, en primer lloc, una necessitat de radicalitat democràtica. Si el que volem no és que guanyi la nostra opció, sinó que guanyi l'opció que desitgen la majoria dels catalans, hem d'admetre totes les opcions que recullin la diversitat, la complexitat i els accents del país. Ho hem de fer perquè no podem iniciar un procés amb mordassas. L'opció de la tercera via és, en segon millor, una forma d'aconseguir una consulta amb un consens ampli, que és defensada per la majoria de l'arc parlamentari i que, per tant, admet que les llargues travessies sempre precisen de la major flota possible, no sigui que el primer tifó de les Açores s'emporti per sempre més l'horitzó.
Ayer fui a ver un thriller. Me parece. Hemos llegado al último callejón del género y lo único que nos queda es un Quijote que finiquete esto y vayamos a otra cosa. Ésta ha sido, más o menos, la biografía de los thrillers.
Fase 1. El asesino es el mayordomo. En la Prehistoria de los thrillers, el malo era malo. Asesinaba a alguien con saña y malicia y un astuto detective descubría el pastel y el orden del universo se reestablecía.
Fase 2. El asesino nunca es quien parece ser. Un día un guionista decidió que el mayordomo no había sido. Es más, el mayordomo aparece muerto a los diez minutos. Empieza un juego con los espectadores, que tienen como único objetivo anticipar el desenlace. Imprescindible un buen final.
Fase 3. El asesino no es quien parece ser y el otro, tampoco. Los espectadores aprenden que quien parece el malo no lo es. Pero aprenden también a identificar una docena de giros posibles: El asesino era el que parecía muerto, el asesino es el detectivo, el asesino fueron todos, nadie fue asesino... Los guionistas tienen que generar una segunda capa de resultados, en las que el asesino no es nadie de los que nos podíamos imaginar,.
Fase 4. Da igual quién es el asesino. Llega un momento en el que el agotamiento en la búsqueda de finales ingeniosos acaba con el mismo proceso. Ahora, el proceso detectivesco para identificar al truhán no as más que una excusa para otra cosa, casi siempre el romance entre ella y él. Al final, casi por casualidad, se resuelve el misterio.
Fase 5. Hay un asesinato, pero pasan muchas otras cosas. El asesinato es algo casi pasajero que ocurre en medio de muchas otras cosas, como viajes en el tiempo, espionaje, reflexiones metafísicas, homenajes, tratados de arte o mutaciones de hombres lobo.
Llegados a este punto, ya no hace falta ni asesino, ni asesinato, ni thriller. Llegados a este punto, hay que volver a empezar.
¿Cómo dicen?. ¿Cine?. No, no. Yo hablaba de política...
En els anteriors posts (
aquest i
aquest), he intentat demostrar que la via federal és segurament l'aposta que millor equilibra una societat fragmentada. Pels federalistes (que són molts, com demostren les enquestes), aquest seria l'escenari ideal; pels més immobilistes o reformistes, el federalisme seria el peatge necessari davant de l'alternativa de la independència; i pels independentistes, la via federal podria ser quelcom molt semblant a Baviera o Puerto Rico o, per què no, un estadi més en el camí cap a la independència.
Diran que l'estat federal té un problema essencial, que és la negativa d'Espanya a trencar la seva estructura. I tenen tota la raó. Espanya no es planteja canviar les regles del joc i, com els detractors del federalisme han insistit, dos no es federen si un no vol. Admeto l'esmena a la totalitat.
Per això, plantejo la mateixa metodologia que la via independentista: Que els catalans siguin consultats, via referèndum, si accepten la via federal. Amb l'aval de les urnes, el Govern de la Generalitat té la legitimitat per exigir Espanya una reforma constitucional profunda i uns canvis radicals definits en la consulta: hisenda pròpia, pacte fiscal, blindatge del català, estatus de nació, projecció exterior i presència en els organismes internacionals, reforma del Senat i organització territorial pròpia. Si el TC dinamità el pacte anterior, només hi ha un camí possible, que és dinamitar la Constitució i crear un nou marc constitucional. S'obren dos escenaris.
Si l'estat ho accepta, entrarem en un nou període constituent que, com he explicat en els dos posts anteriors, és el millor equilibri de la complexa arquitectura de sensibilitats de la Catalunya actual. És un escenari que aconsegueix el major sumatori de les espectatives col·lectives i genera la menor decepció col·lectiva possible.
Si l'estat no ho accepta, amb l'aval de les urnes i la complicitat internacional, Catalunya pot plantejar un referèndum per la independència. La comunitat internacional acceptarà que Catalunya ha fet tots els esforços per a una resolució de la tensió. I, el més important, una part del país que ara es mostra escèptica o distant del model de ruptura, s'afegiria al projecte d'un nou estat europeu.
En el primer post, hem considerat que el pols entre secessió i unió és, en realitat, un combat de pressing catch entre cinc lluitadors, els immobilistes, els reformistes, el federals, els independentistes i els rupturistes. El principal problema del combat és que cap de les solucions possibles és satisfactòria: Tots els escenaris generen al mateix temps decepcions i il·lusions.
Quin és l'escenari ideal en aquest context?. El podríem definir com la situació que crea una major satisfacció col·lectiva amb la menor desafecció possible. Hem vist que el federalisme és, probablement, la via que permet un major equilibri. Però tenim un problema...
Escollir entre dues opcions
Normalment, els processos de decisió no permeten ponderar diverses opcions, sinó que obliguen a escollir una via. Aquesta distorsió és encara més evident quan forcem la decisió via referèndum, perquè entre totes les combinacions possibles, els electors han de decidir només dues: O blanc o negre. Si tenim cinc opcions, podem proposar deu referèndums possibles.
Aquest gràfic representa les deu alternatives. El valor de cada cel·la representa el percentatge de vots de cada col·lectiu a la primera opció de les dues proposades. Mirem, per exemple, la primera dicotomia entre immobilistes i reformistes. La primera cel·la implica que el 100% dels immobilistes votaria per la primera opció (i en conseqüència, el 0% per la segona). La segona cel·la representa el percentatge de vot que dedicarien els reformistes a les primera opció (un 0%).
Si tenim en compte els pesos dels diversos col·lectius, podem estimar el resultat que representem a les dues darreres columnes. Per exemple, en un referèndum entre immobilistes i reformistes, el 90% dels electors es decantarien per la segona opció.
Llegint els resultats
- Hi ha moltes consultes possibles i cada consulta genera un resultat diferent. Quan forcem un col·lectiu a escollir entre dues opcions només, l'obliguem a decidir potser entre dues opcions que no el satisfan. Llavors, la seva decisió avalua quina és l'opció que genera menys days o bé l'opció que crea més beneficis.
- L'opció immobilista perd sempre i amb resultats molt contundents. Sempre que forcem a escollir entre continuar com fins ara o canviar (sigui quin sigui el canvi), la segona opció reunirà més del 60% dels vots.
- L'opció federal guanya sempre. Sempre que forcem a escollir entre un model federal o qualsevol altre model, la primera via obtindria més resultats. El que varia molt és la diferència entre les opcions: És especialment elevada davant els immobilistes i els reformistes, elevada davant dels rupturistes i molt ajustada si la comparem amb els independentistes.
- La via rupturista només prospera si l'oposem a l'immobilisme. En una consulta entre reformistes i rupturistes, però, el resultat seria molt ajustat. En canvi, els rupturistes perderien les eleccions si l'alternativa fos la via independentista o la via federal.
- La via independentista (els qui aposten per unes "estructures d'estat", seguint el model escocès) només perderia davant d'una alternativa federalista. En la resta d'escenaris, aquesta via sempre obtindria un resultat.
Simplificant
En un escenari de consulta, l'única possibilitat viable de què el resultat sigui desfavorable a la independència és una alternativa federal. Si l'estat no és capaç de donar una resposta contundent i proposa una reforma federal del país, és molt poc probable que es mantingui el vincle amb Espanya. És important insistir en què ni tan sols una proposta reformista, una millora en les condicions de
Des de l'altre costat del mirall, és molt més probable que prosperi la via independentista que la rupturista. Si la consulta força el contrast entre la ruptura absoluta o una alternativa, és possible que aquesta segona tingui un resultat més favorable. Una proposta d'estructures d'estat, que s'inspiri en el model escocès, seria molt viable i podria tenir un resultat favorable.
Hi ha qui pensa que el debat nacional és un pols entre dos jugadors, els qui volen un nou estat i els qui no el volen. Imaginem, però, que el país és més complicat que això i que podem identificar més jugadors. Imagimem que no es tracta d'un pols, sinó d'un combat de pressing-catch amb varis lluitadors que pugen i baixen del ring, lluitadors que s'alien de vegades i d'altres lluiten entre sí. En els propers dies, intentarem aplicar els conceptes de la teoria de jocs a les possibles solucions del debat nacional. Per aquest ordre, identificarem els actors, avaluarem les seves preferències i observarem com reaccionen davant de diferents escenaris. Això ens hauria de permetre definir una solució òptima i, també, un hipòtetic equilibri de Nash.
Els hi proposo un combat amb cinc lluitadors: els immobilistes, els reformistes, els federalistes, els independentistes i els rupturistes.
Els immobilistes són aquells que consideren que l'estat de les autonomies és un avenç suficient. Consideren que la relació Espanya - Catalunya actual és equilibrada, que el país ha assolit una quota d'autogovern suficient i que no té sentit anar més enllà en el procés de cessió de competències.
Els reformistes consideren que és necessari millorar alguns dels mecanismes de l'estat de les autonomies. Essencialment aposten per una reforma del sistema de finançament i un increment del sostre competencial. Aquesta reforma podria derivar en un model asimètric o no.
Els federalistes plantegen un canvi de registre, unes noves regles del joc. L'aposta federal implica una reforma constitucional, una reforma integral de les institucions i un nou pacte Catalunya - Espanya, que assumeixi la personalitat de Catalunya. Els federalistes plantegen també un sistema de descentralització del govern català i una aposta pel municipalisme.
Els independentistes aposten per un estatus propi d'una Catalunya "amb estructures d'estat", un sistema polític amb un elevat grau d'independència i, ocasionalment, uns vincles amb l'Estat espanyol encara per definir, seguint el model escocès.
Els rupturistes són els independentistes que no accepten cap altre escenari que no sigui un estat nació. Catalunya seria un nou estat nació, amb absoluta independència i uns vincles amb Espanya que no aniran més enllà de les relacions comercials o diplomàtiques entre estats.
De forma intuïtiva, diria que tots els grups es distribueixen de forma més o menys similar. En tot cas, he intentat simular quina seria l'adscripció dels electors del 25N tal i com es veu en el gràfic.
Si tenim en compte el número de votants del 25N, el resultat seria una distribució lleugerament diferent a la paritària. Els resultats són: immobilistes (9,89), reformistes (20,71), federalistes (25,5), independentistes (19,90) i rupturistes (23,98). Segurament, el més notable és l'escassa incidència dels immobilistes (fins i tot Albert Rivera reclama una modificació del sistema de finançament) i l'increment dels independentistes. Si simplifiquéssim els resultats, la distribució seria aquesta.

Com és lògic, cada personatge se sentiria més còmode amb la seva opció. Però també podríem pensar que cadascú podria sentir una certa afinitat amb una altra perspectiva. Per exemple, és possible que un reformista senti una certa proximitat amb la línia federal i una distància absoluta amb els rupturistes. Podríem dibuixar una matriu, en la que les files serien els diversos col·lectius i les columnes serien les opcions plantejades. Com és lògic, la diagonal es correspon amb la màxima afinitat (100%) i la resta de cel·les definirien l'afinitat mesurada entre 0 (màxima distància) i 100 (mínima distància).
Si apliquem el factor de ponderació de cada col·lectiu a la matriu, obtindríem aquesta resultat.
Quines lectures podem fer?.
- Naturalment, els factors de ponderació són el resultat de decisions subjectives. És fàcil modificar les proporcions i els pesos i obtenir resultats diferents.
- Malgrat els canvis que es poden realitzar, existiria sempre una coincidència: Estem davant d'una societat fragmentada en opcions diferents, de manera que cap de les sortides que trobem serà àmpliament satisfactòria. Fem el que fem, inevitablement una part molt gran de la societat se sentirà defraudada amb el resultat.
- Sembla però bastant probable que la via federal tindria lleugerament més adeptes que la resta. I això és així per una raó òbvia: En una situació polaritzada, la via del mig sempre és un mal menor per a totes les parts.
- De manera que si aquests càlculs fossin més o menys ajustats (amb un marge d'error inevitable), la via òptima seria la federal. No podem, però, plantejar el debat en aquests termes perquè no es donarà mai una situació en la que els ciutadans puguin decidir entre múltiples escenaris possibles.
Per això, la solució del conflicte precisa de la irrupció de la teoria de jocs. En el proper post, veurem els efectes d'aquests equilibris davant de situacions diverses. Mentrestant, com sempre, els seus comentaris són molt benvinguts.

No cal ser un analista polític acreditat per a arribar a aquesta conclussió: El referèndum per la independència de Catalunya és irreversible. Afegiria, a més, que el resultat serà favorable, però atès que he errat les meves deu darreres previsions polítiques, els hi estalvio el meu vaticini. Ja no és possible un escenari alternatiu al referèndum. I superada la fase del què o del per què, ens podem centrar en el com. Aquestes són algunes preguntes inicials, i un assaig de respostes.
La pregunta
Hi ha gairebé tantes preguntes com referèndums. Per exemple, Montenegro va preguntar "Vol que Montenegro sigui un estat independent amb ple reconeixement legal i internacional?". Però el "ple reconeixement" no depèn dels promotors del referéndum, de manera que en realitat votaren una proposta que oferia un escenari que no es podia assegurar en aquell moment. En altres ocasions, el sí implica el manteniment de l'adhesió i el no suposa la secessió, com a Tímor Oriental. En aquella ocasió, la pregunta fou: "Accepta vostè l'autonomia especial proposada per a Tímor Oriental dins de la República d'Indonèsia?", de manera que el sí volia dir la no ruptura. I no és un matís menor. Però cap situació pot superar el referèndum del Quebec, que plantejava una pregunta interminable, d'aquelles que es proposen en els exàmens de llengua de selectivitat, amb subordinades, perifràsis i potser algun oximoron.
Segurament, la pregunta més raonable seria la més simple i directa, sense condicionals. Per evitar identificar el sí o el no amb una determinada opció (amb quin criteri escollim què vol dir sí), el més sensat seria permetre jugar amb dues butlletes, una favorable a mantenir Catalunya dins Espanya i una altra favorable a crear un nou estat.
La participació
En general, aquests processos han tingut una mobilització extraordinària, i els índexos de participació són molt superiors als habituals. Molt sovint se supera el 90%. És lògic: És difícil trobar una altra situació en la que l'efecte del vot sigui més evident que amb una consulta sobre la independència.
Una participació no molt alta seria un factor negatiu en la lectura dels resultats. Lògicament, no els deslegitimaria, però és evident que quan més alta sigui la participació, molt millor. També sabem que una part de la població catalana ha viscut aquest procés amb una certa indiferència, amb una distància freda. Caldria activar tots els mecanismes de participació possibles per a fomentar un 95% de vots. Quants més, millor.
És un bon moment per assajar la votació electrònica. No hi ha cap impediment tècnic que pugui justificar aquest mètode tan arcaïc i vulnerable com és la butlleta i l'urna. També és un bon moment per a valorar un procés electoral llarg; per què no, una votació de dos o tres dies?. Però a banda dels mecanismes tècnics, el més important són els processos de deliberació. És fàcil que el debat esdevengui un ping pong estèril entre els apocalíptics i els arcadians, els qui espantaran amb tots els mals i els qui vendran el Paradís Terrenal. Necessitem arguments, debats, crítiques, dades, contrastos i anàlisis. Hem de defugir de les caricatures dels dos extrems i admetre, a més, que tota aventura comporta riscos i també oportunitats. Sense un procés seré en el que les opcions puguin enraonar, no hi haurà democràcia deliberativa.
El contingut
El debat sobre la secessió és, com he explicat en altres ocasions, molt essencialista: S'escull entre estat o no estat, però no es debat quina mena d'estat. Aquest és el debat ajornat. I això planteja un problema: Probablement una part de la societat catalana vol un estat sigui quin sigui aquest estat, i una altra part vol formar part d'Espanya, independentment de les condicions de la ruptura. Però és possible que alguns catalans condicionin la seva decisió al contracte social del nou estat. Com votar per un estat si no definim quin és aquest estat?.
Les preguntes són diverses: Hi haurà un estatus especial amb Espanya?, serà oficial el castellà?, quins seran els drets bàsics?, com s'organitzarà l'Estat català, serem un estat federal o un estat centralista?, contemplarem la possibilitat d'integrar altres territoris?, i podran territoris del Principat separar-se de l'Estat català?, serem una república?, tindrem exèrcit?... Alguns estats han optat per redactar una Constitució prèvia al referèndum, de manera que el contracte social anticipa la decisió. Però no és fàcil. Com crear un debat constituent fèrtil previ a la mateixa votació?.
La meva proposta per resoldre aquest nus gordià seria la següent. Els catalans ja hem definit un contracte social, aprovat per la immensa majoria de l'arc parlamentari, que és l'Estatut. És cert que una part de l'Estatut regula les relacions entre Catalunya i Espanya i no tenen cap sentit en el context de nou estat. Però la resta de l'articulat és perfectament vàlid. Allà definim els drets i els deures dels catalans, allà organitzem l'estructura territorial, allà definim el projecte de país amb o sense Espanya. Podríem acordar que l'estat català partiria del darrer esforç col·lectiu per fixar un marc comú de relacions. Entre altres coses, seria molt difícil d'explicar que una nova constitució garantís menys drets dels que vam definir en un estatut d'autonomia.
4. El llindar
Aquest és nou punt de controvèrsia: Quin és el percentatge mínim que marquem per a acceptar l'èxit del sí?. I aquest, com tots els anteriors, és un debat incòmode. És molt difícil negar la validesa del 50%. Com negar la voluntat de la majoria?.
La meva proposta és que el llindar es fixi per sobre d'aquest 50; per exemple, amb el 55% dels vots emesos. De totes les respostes que els hi plantejo aquesta és la que em genera més dubtes. Els intentaré explicar el perquè d'aquesta proposta. Trencar amb l'Estat és un fet irreversible. En canvi, mantenir la relació amb l'Estat, pot ser una situació transitòria. Per tant, la secessió hauria de ser més el resultat d'una majoria el més àmplia possible, que no estigués condicionada per una determinada conjuntura (econòmica o política). És com la modificació de la Constitució: En la majoria de casos, és precisa d'una majoria àmplia (sovint els dos terços) per a modificar-la, per tal de dotar la carta d'una certa estabilitat.
Una victòria mínima a favor de la independència no seria el resultat d'una voluntat majoritària, sinó d'una majoria pírrica. És cert que mantenir el vincle amb l'estat s'oposa a l'opinió més freqüent en el país. Però el missatge que es podria transmetre és el següent: "Aconseguiu una majoria més gran i torneu a convocar la consulta". Un no a la independència no és la fi del procés, però un sí difícilment permetrà una nova annexió. Reitero, però, que no em sento còmode amb aquesta idea i que entenc els arguments a favor del llindar del 50%.
5. Les dues consultes
Hi ha un escenari molt complicat pel país: Un resultat negatiu a la independència. I no només per la paràlisi del projecte de país post-referèndum (que vaig tenir l'oportunitat de viure en directe al Quebec), sinó per les noves relacions entre Catalunya i Espanya. És fàcil que davant un no, les demandes de més cotes d'autogovern, tinguin per part de l'Estat una resposta negativa. Hi ha el risc que un no del referèndum (i aquest és un escenari possible) creï un nou marc de relacions entre Catalunya i l'Estat. Potser per això, el President Mas va defensar a l'inici de la legislatura que no es convoqués cap referèndum: "Els referèndums només es convoquen quan es guanyen", ens va advertir.
Un projecte alternatiu pot ser la demanda de les dues consultes. La primera consulta, amb un llindar del 55% o no, podria acabar amb un estat català o amb un període de transició. El compromís per les dues parts seria que vuit anys després de la primera consulta, en cas que el resultat fos negatiu, es convocaria una segona consulta. D'aquesta manera, el no permetria obrir un període de reflexió (probablement sense el rerefons de la crisi), que obligués l'estat a oferir una alternativa a la secessió. Potser aquest mecanisme permetria desencallar el projecte d'una Espanya federal com a alternativa a un estat català. O potser l'Estat mantindria la seva indiferència, i res no aturaria la ruptura definitiva amb l'Estat.
No hi ha cantonada ni paisatge que no estigui coronada amb una bandera, ja sigui una estelada o més modestament una senyera. A mi, ho he de dir, no m'agraden les banderes. Gens ni mica. I ara que vivim una sobredosi simbòlica, deixeu-me explicar la meva aversió per aquests símbols patriòtics.
La pàtria
La pàtria és un invent sentimental del segle XIX, nascut amb les espurnes del Romanticisme i dels projectes unitaris de l'estat nació i la cultura herderiana. La pàtria és una construcció simbòlica que es basa en tres principis, que ja han caducat com els dirigibles, el telefax o les diligències.
La pàtria és, en primer lloc, un projecte excloent. Tot el segle XIX és una gran aventura de construcció geopolítica de fronteres entre estats nació, de manera que allà on acaba una nació s'inicia una altra. Sabem que la realitat és molt més complexa, que hi ha llocs que són vàries nacions alhora, o que les ciutats es connecten en xarxa, o que hi ha territoris sense nacions. Sabem que els llocs no estan separats per projectes discontinus, sinó connectats per fils infinits, del canvi climàtic als codis culturals.
La pàtria és, en segon lloc, un projecte unitari. Les pàtries no poden ser complexes, ni plurals, ni polifòniques. No admeten fàcilment la diversitat, la barreja, les mirades plurals dels seus habitants. La pàtria genera uns referents més o menys folklòrics, que han de ser assumits per tots. Obsesionat per la cohesió del projecte d'estat nació, les pàtries (i els patriotes) ignoren que hi ha moltes nacions possibles, que cada ciutadà és en realitat el portador de la seva concepció de nació, personal i intransferible.
Finalment, la pàtria és un projecte buit. Els patriotes aspiren a un país, però no saben explicar com ha de ser aquest país. La pàtria és un substantiu, que no tolera els adjectius. És el principi i el fi del projecte compartit. No discutim si volem un país en xarxa, o un país centralista, o un país innovador, o un país mediterrani, o un país que pivota sobre la consciència ecològica global. De fet, no discutim de res sobre el país, més enllà de què ha de ser un país.
Els símbols
La pàtria és, per tant, un projecte excloent, unitari i buit. I parlo de pàtria, i no de país o de nació. És possible construir un país i, naturalment, construir un estat, sense caure en el relat anacrònic de la pàtria i els patriotes?. Hi ha molts exemples d'estat nació escampats pel món que han explorat camins molt més moderns, no només estèticament, sinó sobretot conceptualment.
Els projectes patriòtics estan molt vinculats amb els símbols patriòtics. Banderes, escuts, himnes, relats... N'hi ha tota una estratègia simbòlica, que crea significants desproveïts de qualsevol rastre de significat. Fins el punt que els dos es confonen, i cremar una bandera és
com si cremessis el país, o en tot cas, l'essència simbòlica del país. Ara fa uns dies, Paul Kennedy escrivia
una intel·ligent crítica contra els himnes nacionals, en un excel·lent article anti-patriòtic: "
Les festes nacionals, com les banderes i els segells de correus, són intents de capturar la identitat i el reconeixement. També ho són els himnes nacionals que, si es pensa, són encara més estranys i molt més xauvinistes".
No m'agraden les banderes, perquè és molt difícil desvincular-les de la retòrica patriota. Perquè les banderes representen aquell model decimonònic excloent, unitari i buit. Perquè les banderes defensen un país, que és un nom. I jo el que vull és parlar dels adjectius.
Els altres patriotes
El contrari d'un patriota no és un naïf ciutadà del món. Seria possible generar un model alternatiu, més contemporani, més obert, més fresc de nació?. Podríem encapsar, ni que fos per un moment, l'abús simbòlic del pàtria?.
M'imagino, en primer lloc, una nació oberta. Connectada amb l'exterior, molt més que replegada sobre sí mateixa. Moderna i cosmopolita, atractiva als vents que venen de fora tot i que orgullosa també del garbí local. M'imagino una nació que crea fils i projectes compartits, que cerca companys de viatge, que admet la fragilitat de les fronteres i cerca en aquests aiguabarrejos oportunitats. M'imagino un país que sap sumar, que admet que es pot ser alhora català i moltes altres coses més, sense deixar de ser català.
M'imagino, en segon lloc, una nació diversa. Abandonat el projecte herderià de la cultura comuna (com si només hi hagués una sola cultura possible) i l'asfíxia del patró únic, m'agradaria un país mestís, plural. Quan més gran sigui la diversitat social, cultural, territorial del país, més oportunitats de futur tindrem. Aspiro a un país en femení i en plural, que celebri la diversitat de geografies, d'orígens, de referents culturals, de paisatges o de demografies.
Posats a demanar, m'imagino un país federal. Un país que retorna a la ciutat, a la polis, la responsabilitat primera del projecte democràtic. Una nació en la que les ciutats poden decidir el seu projecte eductiu o el seu model territorial; una nació de ciutats connectades amb ciutats (d'aquí i d'allà, és clar). Penso en una nació que no concentra el pes en la capital, sinó que descansa sobre els seus territoris, tan diversos, que necessiten d'un projecte particular. Contra la pàtria uniforme, la creativa diversitat dels territoris.
Voldria, en fi, una nació de valors i projectes. M'agradaria un país solidari, amb una ferma consciència ecològica, compromès amb els projectes internacionals, creador de ponts entre les ribes, un país receptiu al talent i la creativitat, que assagi models alternatius al capitalisme sense control, que respecti la diversitat i defensi el seu paisatge amb la contundència de les civilitzacions precolombines. M'imagino ciutadans que paguen impostos, que respecten les lleis, que netegen la vorera de casa, que respecten les cues i paguen el que és just. Un patriota?. El qui recull un paper del carrer.
I, posats a somiar, m'agradaria un país sense himne, ni bandera, ni escut, ni dia de la nació, ni exaltació patriòtica, ni herois històrics. Ni patriotes. Com deia Brassens, "le jour du 14 juillet, je reste dans mon lit douillet. La musique qui marche au pas, cela ne me regarde pas". Un país sense substantius, on podem debatre civilitzadament els adjectius.
La imatge inicial mostra les banderes acumulades al cim del Drolma La, al Mont Kailash Kora
Hoy es, sin duda alguna, el peor día de mi vida política. Me dirijo a ustedes y al conjunto del país con un profundo dolor, consciente de las repercusiones de esta decisión transcendental.
Las medidas que a continuación les detallaré son, sobre todo, un durísimo golpe para muchas familias de este país. Soy plenamente consciente que gravar el consumo, rebajar las prestaciones y reducir la cobertura social es una mala noticia para el conjunto de la sociedad española, pero especialmente para las capas más desfavorecidas, las que están sufriendo con más severidad los efectos de esta crisis. Señorías, las cosas son como son. Y estas medidas afectarán a muchas personas que están ya en una situación límite. También las clases medias van a vivir un futuro inmediato aún peor. Menos servicios sociales, más impuestos y menos ingresos: Esta ecuación solo puede producir un deterioro de la calidad de vida de los ciudadanos. Esto es así y así hay que explicarlo. Por eso, me dirijo a los ciudadanos solemnemente, compungido, para pedirles disculpas. Les quiero decir que soy consciente del sacrificio que les exijo y, aunque sé que ni les consuela ni les alivia, hago míos su consternación y su dolor.
No quiero evadir mi responsabilidad. No les voy a engañar diciéndoles que no hay ninguna otra salida o que estas medidas nos han sido impuestas. Siempre es posible hacer las cosas de otra manera. Podemos dejar que los bancos caigan y que, finalmente, el sistema financiero español deje de parapetarse en la ayuda exterior. Podemos, como han hecho otros países, intervenir desde el estado estas entidades financieras. Podemos salirnos del euro y fijar nuestro nuevo marco de relaciones económicas con el eje sudamericano. No es cierto que esto es lo único que se puede hacer. Pero es lo que yo, como Presidente del Gobierno, he decidido hacer. Hemos llegado hasta aquí por la suma de los errores del pasado, pero lo que ocurra a partir de ahora será esencialmente mi responsabilidad. Estas medidas son solo una de las medidas posibles, pero son las que yo he decidido tomar, porque creo que son las mejores. No hay otro responsable más que yo mismo. Y asumo plenamente la autoría de cada una de las medidas que a continuación les detallaré. En eso consiste la condición de Presidente que ahora ejerzo.
Debería decirles que estoy convencido de que estas medidas son el antídoto eficaz contra la crisis. Debería decirles que no me cabe ninguna duda que si adoptamos estos sacrificios, en unos pocos años vamos a sustituir el horizonte de incertidumbre por un nuevo periodo de prosperidad. Pero no lo voy a hacer. Creo que hago lo mejor. Pero también creo que los ciudadanos deben saber que no existen ni certezas ni verdades absolutas en este contexto de crisis global. Tal vez me equivoque. Tal vez este sea un sacrificio inútil. Naturalmente, si adopto estas medidas extremas es porque creo que es la alternativa más favorable o la menos mala. Pero me gustaría trasmitir mi incertidumbre. Es bueno que admitamos que las decisiones políticas son frágiles y vulnerables, que nadie está en posesión de la verdad; tampoco quienes apuestan por una alternativa. Es bueno que ellos también lo admitan.
Hace unos meses, los ciudadanos me dieron su confianza porque les propuse un plan para sacar al país de este atolladero. Asumí un compromiso formal, escrito, que es mi programa electoral. Y como saben ustedes, las medidas que ahora les planteo difieren radicalmente del contrato que firmé con todos los ciudadanos cuando me presenté a las elecciones. Estas medidas no son las que me comprometí a llevar a cabo, sino todo lo contrario. Es por eso que les anuncio que convocaré elecciones anticipadas para que los ciudadanos tengan la oportunidad de refrendar la propuesta que hoy les presentó o, si lo creen conveniente, adoptar un nuevo cuaderno de ruta.
Me dirijo finalmente a los pensionistas con enfermedades crónicas, a las personas que llevan ya muchos años fuera del mercado laboral a pesar de sus esfuerzos, a los jóvenes que tienen problemas para sufragar sus estudios, a los familiares de las personas dependientes, a los pequeños empresarios que han tenido que cerrar decenas de años de trabajo e ilusiones, a las mujeres marginadas, a los habitantes de barrios periféricos aislados de la vida cultural y social del país, me dirijo en fin a los que sufren. Solo les quiero decir con toda sinceridad, mirándoles a los ojos, con el alma rota, les quiero decir que lo siento. Lo siento de veras.
Muchas gracias, señorías.
Juny de 2006. El referèndum de l'Estatut obté prop d'un 74% dels vots favorables. No és estrany perquè la proposta d'Estatut té el recolzament dels dos principals partits del país, més ICV, amb l'oposició del PPC i d'ERC. Malgrat la duríssima ofensiva del PP i la crítica del cap de l'oposició en aquell moment, Mariano Rajoy, Catalunya digué sí a l'Estatut en una consulta democràtica.
L'Estatut diu moltes coses. Parla de drets, de deures, de competències, d'organització territorial, del poder local... i naturalment, també parla de finançament. En parla en diversos articles, però és
el 206 el qui regula el compromís, l'acord, de Catalunya amb Espanya. I encara diria més, l'article 206.3 de l'Estatut defineix clarament la proposta catalana.
El 206.3 diu que el model de finançament, cito textual, "ha de garantir l'anivellament i la solidaritat a les altres comunitats autònomes, a fi que els serveis d'educació, de sanitat, i altres serveis socials de l'estat del benestar prestats pels diferents governs autonòmics puguin assolir nivells similars al conjunt de l'Estat". O sigui, nosaltres mateixos hem decidit en un consulta democràtica que el principi "aportació per renda i ingressos per població" és un principi just.
El Govern actual proposa el model de concert per a Catalunya.
Com he explicat, el
model de concert es basa en el principi "aportació per renda i ingressos per renda"; pretén que Catalunya tingui uns recursos per càpita per educació, sanitat i altres serveis socials superiors als de la resta de l'Estat. I vol fer una consulta no vinculant per avalar una proposta que contradiu l'Estatut de Catalunya, la màxima regla del país. Hem perdut el nord?.
Jo sóc contrari al concert. N'hi ha qui és favorable, d'acord. Però el mecanisme per activar la proposta és només un: canviar l'Estatut. O bé la independència, és clar. La funció bàsic d'un govern, que vol ser seriós i responsable, és acatar les lleis o bé transformar-les, però no fer veure que no hi són. I l'Estatut no és una llei qualsevol. Si el Govern actual, que ara fa cinc anys defensava públicament el model de finançament de l'Estatut, ha canviat d'opinió, ara ha de canviar la llei.
I abans que ho esmentin, els recordo que la sentència del Tribunal Constitucional no toca ni una coma del model de finançament. El que vam aprovar és el que consta a l'Estatut. Paraula per paraula. President, la consulta ja l'hem feta.
Terreny de joc en molt bones condicions. Mitja entrada, perquè la transmissió televisiva ha fet perdre espectadors en el camp.
Partit amb poca intensitat, com si el resultat ja es conegués abans de començar. Predomini de les defenses sobre els atacs; els jugadors estaven més preocupats de no equivocar-se que de forçar situacions de perill. Al final, un partit que no té cap repercussió en la classificació
Chacon. Veterana. Malgrat les dificultats del sistema defensiu, ha estat hàbil i ha demostrat la seva experiència. Ha mostrat ofici sense sortir-se'n del guió.
Duran. Hieràtic. Ha sortit massa confiat i no s'ha aplicat amb la intensitat que precisava el partit. Ha estat lent de reflexos i ha patit per les escomeses tant per la banda dreta com per la banda esquerra.
Fernández. Lesionat. Ha intentat jugar en unes condicions físiques molt minvades, de manera que ha patit molt durant tot el partit. En Vidal-Quadras s'ha fet un fart de fer estiraments a la banda, però finalment Fernández ha acabat el partit.
Bosch. Combatiu. Malgrat la seva inexperiència, ha demostrat caràcter i contundència. Ha buscat sempre el contacte en defensa i en atac ha pogut escapolir-se en diverses ocasions. En alguns moments, molt previsible, Bosch ha estat segurament un dels més destacats del match.
Coscubiela. Aïllat. Massa sol en una banda, ha intentat associar-se per progressar però ha pecat d'individualista. A penes ha creat ocasions de perill i s'ha limitat a complir l'expedient.
L'àrbitre, l'Ariadna Oltra, ha permès el joc. Potser hauria d'haver ensenyat alguna targeta, però ha resolt bé les situacions conflictives. Va allargar innecessàriament el partit, perquè a penes hi hagut interrupcions.
Aquest és el post més invisible, el més inútil, dels posts que mai he escrit. Vivim en una societat on les batalles no són entre les idees, sinó entre les paraules. I el diccionari ha integrat sense discussió espoli i pacte. Res a fer. Però l'espoli no és espoli i el pacte no és pacte.
Espoli
Paguem impostos no per a rebre serveis. O no només. Paguem impostos, sobretot, perquè vivim en una societat que parteix del principi de la justícia social. I per això una part dels impostos dels qui més tenen es destinen a serveis per als qui en tenen menys. La sanitat universal, la justícia per a tots, l'educació obligatòria, la igualtat d'oportunitats... només són possibles si el sistema fiscal té un valor redistributiu; si jo (que em guanyo bé la vida) dono a l'administració més del que em dóna. La redistribució no és solidaritat ni tampoc espoli. És un element nuclear del nostre model social i del model social de tots els països que ens envolten.
Quan Catalunya reclama un sistema de concert trenca el principi redistribuitiu de la fiscalitat. És tan cert que Catalunya es mereix el concert com que qui paga més impostos ha de rebre millors serveis públics.
El principi "pagar per renda i rebre per població" em sembla un principi sensat. Just. Puc matisar-ho parcialment amb criteris tècnics, puc ampliar-ho, modificar-ho o discutir-ho. Però defensar el principi "pagar per renda i rebre per renda" em sembla una modificació estructural del nostre model social. Si els impostos que pago són meus, si la fiscalitat no és (també) redistributiva, hem de començar des de zero. I reescriure el pacte social iniciat el segle XIX i accelerat des dels anys 50 del segle passat.
Pacte
Un pacte és un acord entre dues o més parts. Pactem perquè acordem. Però un pacte no pot partir de l'acord unilateral d'un de les parts. On seria el pacte?. De què en diríem acord?.
El Govern creu que la millora manera de demostrar la legitimitat de la proposta és una convocatòria de referèndum. Demanar els catalans si podem tenir un model fiscal més favorable és la millor forma d'aconseguir un sí rotund. Però això no vol dir que tinguem raó.
Imaginem que l'Ajuntament de Sant Cugat, el qui té la renda més elevada del país, exigeix que la dotació de recursos als ajuntaments catalans no es faci d'acord amb la població (com es fa ara), sinó que es faci d'acord amb la renda. Imaginem que la Generalitat de Catalunya els diu que no, que el model no es toca. I imaginem que l'alcalde de Sant Cugat convoca un referèndum en el municipi per tal que els ersidents es pronunciïn sobre la seva proposta. I imaginem que el resultat és que sí. Què hauria de fer la Generalitat en aquesta situació?. Acceptar el veredicte democràtic de les urnes?.
Pactar vol dir trobar un model que sigui defensable per totes les parts. Vol dir acordar conjuntament un model comú. Pactar vol dir tot el contrari d'acordar unilateralment.
Ni espoli ni pacte
L'espoli no és espoli.
I el pacte no és pacte.
Ja ho dit a l'inici. No he convençut ningú i aquestes són les paraules més inútils que mai he escrit. Aquest és el post que mai ningú no llegirà.
A l'era de l'storytelling, qui no té una bona història no recull vots. Per això, els arquitectes del relat polític tenen més feina que mai en aquesta mena de campanya non stop en què vivim. Ara, mentre esmorzem i mirem la premsa esportiva, o llustrem les sabates, o xafardegem entre les fotografies del facebook, o decidim si ens afegim a la moda del paper de paret, una persona -probablement amb ulleres blanques de disseny- està tancat en un despatx -també de disseny- escrivint en el seu MacBook el nou relat.
Jo només els voldria recordar que el bon relat no és aquell que permet guanyar unes eleccions, sinó el que encara és vigent un any després de guanyar les eleccions. Zapatero construí un relat basat en la negació de la crisi, poc prudent quan arriba una crisi de dimensions històriques. És com negar que t'has engreixat i insistir en vestir-te amb la camisa que portaves ara fa deu anys; uns minuts més tard els botonets sortiran disparats com armes de destrucció massiva. Obama proposà un relat que ens deia "Oblidem les dretes i les esquerres i treballem tots junts". El Yes, We Can és efectiu per a commoure, però el dia que portes una proposta socialdemòcrata a la Cambra, els liberals et recorden que la política és precisament admetre que hi ha formes diferents (i idees diferents) de gestionar un país.
El dilema del presoner
El mateix li passa al MHP Artur Mas i el govern dels millors. Mas fa una campanya amb un relat molt simple, però efectiu. Primer diu: "Estem en crisi per la incompetència de Govern tripartit". I després afegeix: "Jo tinc la solució per a sortir de la crisi". Per això, totes les cabines de telèfons s'ompliren de rialles i optimisme. Per això, dibuixaren la llum al final del túnel. Per això, prometeren fer més amb menys. I reduir l'atur a la meitat. Mas portava un timó que duia el país cap a la sortida de la crisi.
El problema dels relats és que acabes essent presoner de les teves paraules. Aquests dies hem descobert allò que ja sabíem. Som a les portes d'una segona crisi, segurament més violenta que la primera. I no hi ha ni rastre de recuperació econòmica en els propers, com a mínim, tres anys. És a dir, continuarem dins el túnel uns quants anys més, sense llum al final, i les rialles optimistes no es veuen enlloc, a no ser que sigui el rigor mortis. I els aturats?. Em temo que el millor que ens pot passar és que no creixin més. Virgencita, virgencita...
El President ha intentat introduir, molt subtilment, una variació en el relat. "Ens en sortirem,... si ens ho permet la crisi global". Fixem-nos que aquesta afirmació nega el principi general de la campanya. Ja no és clar que ens sortirem, sinó que potser sí o potser no. Que és el primer pas per a concloure que no. Però una hi ha una segona negació del relat electoral, molt més rellevant. Admetre que la sortida de la crisi està lligada a l'escenari internacional ("no és a les nostres mans") és admetre que l'entrada a la crisi també ho està. Que Catalunya hauria patit una crisi econòmica governés qui governés. Mas té un dilema: O renega del seu relat electoral i admet que no se'n sortirà de la crisi i que no hi som per culpa del tripartit o persisteix en aquesta narració a l'espera del miracle de la recuperació internacional.
Tres milions i mig de llocs de treball
Em pensava que el PP havia arribat a la conclusió que el millor era no tenir relat. Esperar pacientment les eleccions i iniciar després les retallades sense cap problema de consciència. En els darrers dies, però, els escriptors de relats han caigut novament en el parany i reiteren el discurs convergent. Totes les dècimes d'atur, totes les caigudes del PIB, tots els sotracs de l'IBEX i, fins i tot, la creixent alopècia de don Mariano són responsabilitat directa del govern socialista. I el PP és la solució màgica que aconseguirà tres milions i mig de llocs de treball, un apartament a Torrevieja i un altre a la Manga del Mar Menor. Ja hi haurà temps, després, per a reescriure el relat. El problema és que els lectors toleren molt malament l'excés de tipp-ex.

Al nuevo artículo de la Constitución, el 135, le pasa lo mismo que a las instrucciones de un mueble de Ikea. Que nadie se lo ha leído y montamos la mesa por intuición. Es como el prospecto de una medicina vía rectal. Tampoco tiene uno ganas de entrar en detalles y se lo mete sin leérselo.
Yo sí que lo he leído,
el 135 quiero decir. De momento no noto ningún efecto secundario, aunque los tobillos empiezan a hacer un crec - crec muy molesto. Les dejo con mis notas del mismo y así se ahorran una lectura tediosa y pueden apurar el verano con otros menesteres, como descongelar la nevera o aprenderse de memoria la alineación del Villarreal B.
1. Asusta pero no da miedoEl 135 parece que dice que las administraciones ya no podrán tener déficit. En realidad, dice bastante menos que eso.
- En primer lugar, pospone hasta el 2020 la aplicación del artículo. Como todo el mundo sabe, mucho antes el Universo habrá sido destruido tal y como vaticina una visión maya. Y si se equivocan, en nueve años no quedará ni rastro del mundo económico y social que conocemos ahora.
- En segundo lugar, y esto es mucho más importante, no dice hasta dónde te puedes endeudar, sino que delega la decisión a una ley orgánica que fije estos criterios. Ley que se puede ir cambiando periódicamente de acuerdo a la coyuntura del momento. Es la típica maniobra de la ley que se desplegará en el reglamento correspondiente, que traducido al idioma legislativo quiere decir "Haré lo que me salga por el arco del triunfo".
- Finalmente, estos límites se podrán superar en casos de catástrofes naturales, situaciones de emergencia extraordinaria (como podrían ser una gira de José Luis Perales o la ampliación del fondo del armario de Falete) y recesión económica. Han leído bien. En caso de recesión económica, el Gobierno puede llevar a cabo medidas keynesianas, tal y como recomiendan los manuales de economía más elementales.
O sea que más o menos el artículo dice que a partir del 2020 intentaremos que no haya mucho déficit, siempre y cuando no estemos en crisis, lo que me parece bastante razonable.
2. De cara a la galeríaEl 135 es un artículo más sobreactuado que un ataque epiléptico de Jim Carrey. No dice casi nada, pero da la sensación que nos hemos puesto muy serios y nos hemos limitado para ganarnos la confianza de los mercados. Se parece un poco a las listas de deberes que cuelga la Supernanny en la nevera; no queda muy claro qué pasa si María no recoge su plato o no ordena sus juguetes, pero allí están las instrucciones sujetas con unos imanes de Disneyland París como si fueran el oráculo de Delfos.
Yo creo que por eso no ha habido consulta electoral. Llevar el 135 a las urnas conlleva abrir un debate en el que se evidenciaría el artificio. Además, las revueltas ciudadanas indignadas aportan un plus de credibilidad al 135. Aunque, seamos sinceros, una manifestación en agosto tiene las mismas probabilidades de éxito que una sesión de alcohólicos anónimos en una
rave de Castellón.
3. Reformemos, pero en serioYo soy de los que cree que hay muy pocos referenda (que es el plural de referéndum, fíjese usted) en este país, lo que es un síntoma más de la debilidad del modelo democrático. También soy de los que cree que hay que cambiar la Constitución y resolver lo que dejamos pendiente porque el hedor a muerto de Franco entraba por los conductos de aire en la sala donde se reunían los padres de la Constitución. Por no haber no hubo madres de la Constitución, en una época en la que las AMPAs eran en realidad APAs.
En fin, les quería explicar que necesitamos una reforma real y no el patchwork del 135, pero eso lo explica mejor que yo Gutiérrez-Rubí, así que se leen
esto y así puedo ir a descongelar la nevera.

Davant la convocatòria del 12è Congrés del PSC, els signants d’aquest document ens adrecem a la ciutadania progressista i d’esquerres de Catalunya, als simpatitzants i a la militància del partit per tal de contribuir a un procés de debat que volem que sigui participatiu, obert i regenerador. En aquest sentit, celebrem les aportacions fetes fins ara per diferents col·lectius i persones que sens dubte estan enriquint el necessari debat socialista.
Reivindiquem els principis del socialisme democràtic i de les diferents tradicions que inspiren aquest moviment polític i social centenari. Reafirmem el nostre compromís amb l’esperit fundacional que va permetre que al 1978 és creés el Partit dels Socialistes de Catalunya. Ara i aleshores, allò que ens movia i ens mou, és la vocació sincera de servir els ideals de la llibertat, la igualtat, la solidaritat i la justícia social, i treballar pel progrés de les catalanes i els catalans dins l’ampli marc del catalanisme polític.
La majoria de nosaltres no va viure aquell procés d’unitat, però volem reivindicar amb orgull la validesa i la vigència del seu esperit, que ha fet possible afermar la cohesió social i la unitat civil del poble català.
Més de trenta anys després, però, veiem amb preocupació com la crisi econòmica, social i política i els seus efectes amenacen els fonaments d’aquesta cohesió, i que des del PSC no hem estat capaços d’oferir horitzons d’esperança. Per donar solucions que la ciutadania reconegui com a vàlides, és necessari definir un conjunt de propostes que garanteixin una economia més democràtica i al servei del progrés de les persones, en un món més obert i interdependent que mai, però que cal fer governable.
No ens resignem al discurs econòmic dominant que es presenta mancat d’alternativa: no totes les reformes són iguals i cal començar a diferenciar i a explicar les que defensem nosaltres d’aquelles que defensen les opcions conservadores i neoliberals. El reformisme d’esquerres és un valor que defensem i s’ha d’activar al servei de l’equitat, la competitivitat, el valor del treball, la igualtat d’oportunitats i l’interès general.
Volem contribuir a posar a disposició de la ciutadania de Catalunya un projecte de progrés, reformista, centrat en les persones, coherent amb els principis de l’esquerra i de la socialdemocràcia. Entre les principals prioritats, caldrà tenir present el combat contra les noves i velles desigualtats socials, i molt especialment les que es produeixen en els primers anys de vida i durant la vellesa; el govern de l’economia i del sistema financer per continuar desenvolupant les polítiques de benestar i de protecció social, fent realitat una fiscalitat més justa que permeti aconseguir els recursos necessaris per garantir la qualitat i equitat en l’accés als serveis públics; un creixement respectuós amb el medi ambient; construir una democràcia més participativa i de més qualitat; democratitzar l’accés a la cultura i la defensa dels valors com a eix de la convivència i el progrés i, finalment, un compromís ferm per assolir la igualtat real i efectiva entre les dones i els homes.
Volem construir una societat i un sistema econòmic que no condemnin a la precarietat laboral i social tota una generació. No ens podem ni volem permetre una generació perduda. Volem que els joves contribueixin en condicions d’igualtat al progrés econòmic i social de Catalunya, que siguin protagonistes del futur.
Volem construir un projecte al servei dels catalans i de les catalanes que miri cap a Espanya, cap a Europa i cap el món amb ambició i amb vocació d’estendre-hi noves fites d’equitat i justícia social.
Per tot això,
Treballarem per un nou PSC que doni la batalla de les idees, un partit que no hagi de negar l’adversari per afirmar-se, que no hagi de jugar amb les regles i les idees de l’adversari per construir el seu relat.
Treballarem per un nou PSC que actuï amb personalitat pròpia i amb coherència tant en la política catalana com en l’espanyola. Un PSC que lideri l’aposta federal en una Espanya que accepti sense reserves i sense complexos Catalunya com a nació. Volem fer efectius els nostres principis federals que creiem tan vigents com necessaris, fent compatibles tots els espais en els quals el PSC ha de tenir presència. Per això volem plantejar una agenda concreta de transformacions en els diferents sistemes parlamentaris i institucionals. Un PSC que sigui capaç de superar el marc de discussió política basat fonamentalment en l’apel·lació permanent al greuge en les relacions amb Espanya. Volem oferir als ciutadans un partit que actuï en clau federal, amb cultura federal. Volem exercir un federalisme real, exigent i compromès.
Treballarem per un nou PSC que reflecteixi allò que li transmeten els seus militants, els simpatitzants i tota la ciutadania que comparteix els nostres valors. Un partit on la crítica respectuosa sigui vista com un actiu. On les primàries obertes a la ciutadania siguin la norma habitual. On instaurem més mesures per al rendiment de comptes dels càrrecs orgànics i institucionals, i pel compliment dels nostres compromisos electorals. On continuem impulsant mesures per millorar la transparència del finançament dels partits com a prova d’integritat davant la ciutadania.
Treballarem per un nou PSC més obert, més transparent, més permeable, que torni a connectar amb la ciutadania des de la convicció que només ens mou allò que diem: volem recuperar l’autenticitat, volem representar la majoria de progrés, i que aquesta se senti de nou representada pel PSC.
Som molt conscients que ja fa temps que la ciutadania recela de la política i dels polítics i, lluny de veure els partits com a instruments per canalitzar els seus anhels i les seves propostes, se’ls veu com a responsables de bona part dels problemes.
Ens comprometem a fer del PSC un partit modèlic, que de nou se situï a l’avantguarda de la renovació de les maneres de fer política i de les formes d’expressar-la.
Ens comprometem a fer del PSC un partit més plural i integrador, que sigui capaç de gestionar la seva diversitat interna sense ruptures, capaç d’atreure i incorporar sectors diversos i plurals de la societat. Volem un partit unit, tant com un partit divers i plural. Un partit que escolti permanentment i que sigui capaç d’articular la complexitat d’una societat moderna com la catalana.
Ens comprometem a fer del PSC un partit més arrelat a tot el territori, sense excepció, que representi totes les sensibilitats i totes les visions territorials. Volem un projecte del PSC per a Catalunya, que garanteixi com a objectiu irrenunciable la cohesió territorial i la igualtat d’oportunitats.
Volem dir als ciutadans i ciutadanes de Catalunya que som molts els que creiem que, per assolir tots aquests objectius, és l’hora de passar pàgina en la història del PSC, l’hora de començar a escriure un nou capítol. Calen noves respostes per a nous temps. Després d’anys d’àmplia presència institucional en els diferents nivells de govern, la ciutadania i, en especial, els afiliats i afiliades, demanen canvis. El missatge ha estat molt clar i per això volem abordar aquests canvis amb determinació, sense maquillatge i amb profunditat: incorporant noves idees i nous lideratges, noves maneres de fer política i noves actituds.
El nostre objectiu és que el PSC iniciï un profund procés de canvi, i el volem portar a terme amb l’esperit d’integració propi del PSC: és l’hora de créixer, d’obrir-se a la societat, d’assolir nous suports. Tots hi som cridats. Cal superar dialèctiques i dinàmiques que no es corresponen amb allò que els nous temps i la ciutadania ens reclama. Per això, interpel·lem els protagonistes de les darreres dècades que han tingut responsabilitats al partit i als governs, des de la convicció que convé evitar debats i enfrontaments caducs que no són ni han estat mai els nostres ni es corresponen als nous reptes. Volem un nou PSC que iniciï un profund procés de renovació. Volem contribuir, conjuntament amb moltes altres persones animades pel mateix impuls, a dur a terme un canvi real, participat i generós, que en cap cas no pot ser un canvi per tal que res no es mogui. Perquè estem davant d’un congrés que no pot ser de resignació, sinó que ha de ser un congrés d’oportunitat.
Aquestes són les grans línies en les quals ens disposem a treballar: congrés d’oportunitat, economia al servei de les persones, federalisme efectiu i coherent, partit transparent i dinàmic, autenticitat i noves actituds, valors, idees i reptes de l’esquerra compartits amb la resta d’europeus. Un treball que ens permetrà assolir un futur que avui només una part de la societat veu amb optimisme. Unim la voluntat i el compromís d’encetar des d’ara, amb els ciutadans i ciutadanes progressistes i d’esquerres, simpatitzants i afiliats del PSC, aquest canvi que ens permetrà recuperar la il·lusió i rellançar units un projecte de progrés i d’oportunitats.
Catalunya, juliol de 2011
#
unitsxcanviPSC

Si hagués de condensar la proposta del congresdesdebaix en una paraula diria "federalisme". Si el debat es limita a decidir si el PSC ha de tenir un grup propi al Congrés o no l'ha de tenir, oblidarem el centre del debat polític contemporani, que és la distància entre decisions i societat. Un partit federal és un partit que equilibra les lògiques locals i les lògiques globals.
Congresdesdebaix vol dir en primer lloc, i sobretot, un procés bottom - up o millor, un procés bottom - bottom. Que el partit parteixi dels debats a escala local i que els àtoms de les decisions siguin les agrupacions. M'imagino agrupacions obertes, actives, participatives, amb veu pròpia, amb capacitat de discrepar i sensibles a la pluralitat de l'entorn on se situen.
Congresdesdebaix vol dir en segon lloc federacions autònomes, que donin resposta a les necessitats dels territoris, que modulin l'accent a les identitats locals, que siguin forts en la defensa dels interessos territorials, que siguin espais de debat obert, de preses de decisions, de coordinació de les veus locals, una peça central del disseny bottom - up.
Congresdesdebaix vol dir en tercer lloc un PSC amb identitat pròpia, que entengui la diversitat del país no com un problema o una dissonància sinó com una riquesa, un partit en què les agrupacions i federacions, però també els simpatitzants, els afins, els propers i els una mica llunyans, els indignats, els contraris puguin participar-hi en la construcció d'un relat col·lectiu de país.
Congresdesdebaix vol dir un partit que participa del projecte d'Espanya, que aporta una visió federal, que cerca complicitats, aliances, discuresos compartits, que combat les agressions de forma activa, que proposa un nou model d'Estat i un canvi constitucional. I sí, això vol dir una veu pròpia a Madrid. Però pròpia no vol dir autista.
Congresdesdebaix vol dir un partit que sap que els problemes de Catalunya no es resolen només a Catalunya, perquè moltes solucions tenen com a centre de gravetat altres llocs del món. Un partit que vol apostar pel socialisme europeu com a quarta veu mundial (a més dels demòcrates, els republicans i el partit comunista xinès). Si més de la meitat del marc normatiu català són aplicacions de directives europees, no hem de participar del procés europeu de forma activa?.
Resumir les dimensions del canvi a un grup propi al Congrés és una ínfima part del debat. Que és sobretot un canvi de les estructures, dels models de decisió, de l'organització, de la integració de la creativitat, de la intel·ligència col·laborativa, del valor de la discrepància, de les respostes locals, dels compromissos globals.
